Doña Macalota llegó a su casa y entró en la recámara. ¡Oh sorpresa! En ese preciso instante su esposo don Chinguetas y su mejor amiga -de doña Macalota- se estaban desvistiendo para entregarse a los ilícitos deliquios de un pecaminoso trance adulterino. La tal amiga, sorprendida por la súbita llegada de la cónyuge, tomó su ropa apresuradamente y procedió a salir con paso célere del domicilio. Asomó doña Macalota la cabeza por la ventana y le gritó: "Perdona la interrupción, amiga, pero créeme: ¡no te estás perdiendo de nada!"... El conductor de televisión estaba interviuvando a la gallina: "Señora: se hizo usted famosa por haber puesto hace unos días, supongo que con bastante sacrificio, un gran huevo que pesó un kilo y medio. Díganos: ¿cómo logró realizar esa hazaña?". Responde la gallinita, mesurada: "Secretos de familia". "Ya entiendo -dice el entrevistador-. ¿Algún plan para el futuro?". "Sí -contesta, alegre, la gallina-. Me estoy preparando para poner un huevo de 2 kilos". El que hacía la interviú se vuelve entonces hacia el gallo. "Usted también comparte la fama de su esposa, caballero. Díganos: ¿cómo hizo para fecundarla en modo tal que pudiera poner ese espléndido ejemplar?". Con igual discreción responde él: "Secretos de familia, también". "Ya entiendo -acepta el conductor-. ¿Algún plan para el futuro?". "Sí -contesta, hosco, el gallo-. Me estoy preparando para partirle la madre al avestruz"... El doctor Ken Hosanna le dijo al staff médico de su hospital: "Debemos operar inmediatamente a don Crésido Argento". Pregunta uno: "¿Qué tiene?". Responde con laconismo profesional el célebre facultativo: "Dinero" Babalucas le pregunta a su vecino de mesa en la fiesta: "¿Cómo está su esposa?". Responde el otro: "No soy casado". "¿Quiere eso decir -inquiere Babalucas-, que su esposa sigue soltera?"... Eran las altas horas de la madrugada cuando la mujer de Empédocles Etílez, ebrio el más conspicuo de toda la comarca, lo oyó subir la escalera a trompicones. Le dijo desde la alcoba: "No hagas tanto ruido. Vas a despertar a los niños". Respondió el temulento: "Estoy tratando de subir dos cajas de cerveza". Insistió la señora: "Deja eso para mañana". "No puedo -dice Empédocles-. Me las tomé"... El reverendo Rocko Fages, pastor de la Iglesia de la Tercera Avenida (no confundir con la Iglesia de la Tercera Venida, que permite desear la mujer del prójimo a condición de que el prójimo no pertenezca a la congregación), se consiguió una amiguita, y la llevó al Motel Kamagua, discreto sitio de regodeos lúbricos. La conciencia, sin embargo, pudo más en él que el ansia erótica, y quizá por un oscuro sentimiento de culpa el pastor no pudo ponerse a la altura de la situación. La muchacha, tras esperar buen rato le dijo a Rocko Fages: "Ahora me explico, reverendo, por qué dice usted en sus sermones que la carne es débil"... Eran los tiempos de la Guerra Fría entre los Estados Unidos y la Unión Soviética. Un diplomático norteamericano fue a Moscú. Tan pronto se vio solo en su cuarto de hotel se dio a revisarlo cuidadosamente: seguramente los comunistas habían puesto un micrófono en su habitación. En efecto, no tardó en descubrir bajo la alfombra un artilugio extraño. Quitó los tornillos, lo retiró de ahí y lo arrojó por la ventana. Al día siguiente se enteró de que el candil de la habitación de abajo había caído sobre el huésped que ocupaba el cuarto, un importante funcionario del Partido. El hombre, sin embargo, no había querido que se hiciera ruido sobre el caso, pues en esos momentos estaba con una amiguita, lo cual era una acción propia de burgueses. Además -cosa bastante risible- el pesado candil le cayó en las pompas, y se las dejó todas laceradas. El diplomático americano, sin embargo, juzgó prudente ir al hospital a presentarle sus disculpas. "Supe, señor -le dijo con gran pena- que por mi culpa el candil de su habitación cayó sobre usted, dejándole las pompas hechas puré". "No te disculpes, tovarich -respondió el camarada-. Si el candil hubiese caído un minuto antes, lo que me habría quedado hecho puré habría sido la cabeza". (No le entendí)... FIN.