La esposa de don Usurino Cenaoscuras, hombre cicatero, se presentó ante él en traje de Eva. "¿¿Por qué vienes así?" -le preguntó con asombro el avariento. "No me das para comprar ropa -contestó la señora-, y éste es el único vestido que me queda". "Entonces -replica el cutre- por lo menos dale una planchadita". Salvo alguna sorpresa -por no decir algún milagro- todo indica que el PRI se alzará con la victoria en las elecciones que mañana tendrán lugar en el Estado de México, Coahuila y Nayarit. En lo relativo a la primera entidad, los mexiquenses han mostrado desde el principio de la campaña electoral una marcada preferencia por Eruviel Ávila, el candidato priista. No parece que Alejandro Encinas, abanderado del PRD, con todas sus buenas cualidades, pueda remontar la ventaja que desde temprano tomó aquél. Luis Felipe Bravo Mena, de Acción Nacional, se esforzó en vano por figurar siquiera como figura de peso en la contienda. Su propio partido le regateó su apoyo, y sus desplantes en el sentido de que habrá derrama de baba tras conocerse el resultado de la votación fueron eso, desplantes de campaña, más que confiada afirmación de triunfo. En Coahuila el candidato del PAN, Guillermo Anaya, obtendrá seguramente la mayor votación que cualquier candidato panista haya alcanzado en la entidad, pero eso difícilmente bastará para que logre el triunfo. Anaya hizo una campaña dura; se empleó a fondo, y es un hombre joven, carismático y con experiencia política, pero las pugnas internas de su partido en el Estado, el fracaso de la alianza que el PAN intentó hacer con el PRD, y -sobre todo- el peso desfavorable de todo lo que ahora se relacione con el Presidente Calderón y su gobierno, le estorban para ganar esta elección. Por su parte Rubén Moreira, el candidato priista, es un hombre empeñoso que hizo del PRI en Coahuila una eficaz maquinaria electoral y le dio triunfos importantes. La labor que como gobernador realizó en el estado su hermano Humberto no sólo favoreció su precandidatura: también lo hizo un candidato fuerte a pesar de todos los cuestionamientos. Distintas son las percepciones que se tienen en los ámbitos nacionales y locales, y en Coahuila el ahora presidente nacional del PRI tiene la imagen de un gobernante que llevó a cabo una obra sin precedente en el Estado, y que además supo ganarse el afecto de la gente por los muchos programas de beneficio social que realizó. Por encima de todas las imputaciones, en Coahuila se considera esa buena obra, y Humberto Moreira es visto con afecto y reconocimiento por la mayoría de los coahuilenses. Por eso el candidato priista pudo darse el lujo de usar en su campaña la frase "Más Moreira, mejor Coahuila", que en otras circunstancias habría sido desaconsejable. Si bien no con el margen de ventaja que sus operadores esperan, Rubén Moreira obtendrá el triunfo; por lo dicho y porque el PRI ha trabajado en Coahuila más que los otros partidos, y ha conservado su unidad. En Nayarit las cosas son un tanto diferentes. Por más que las encuestas favorecen a Roberto Sandoval, candidato del PRI, la representante del PAN tiene posibilidades reales de triunfo. Curiosamente la candidata panista es perredista: Martha Elena García, esposa de un ex gobernador del Estado, es diputada con licencia por el PRD. Pese a tal circunstancia, en ella radica la única esperanza viable de que el PAN obtenga un triunfo en la jornada electoral de mañana. Difícil es hacer pronósticos en cosas de política, pero sea cual fuere el resultado de esta contienda, en la que algunos ven ya desde ahora un prenuncio de la madre de todas las batallas, la elección presidencial del 2012, esperemos que ese resultado se finque en una participación nutrida de los ciudadanos, y que el conteo final sea reconocido por todos los participantes. En el ejercicio democrático se gana y se pierde, y los ciudadanos deben tener siempre la última palabra. FIN.