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DE POLÍTICA Y COSAS PEORES

ARMANDO CAMORRA

Maltrecho, apachurrado, molido, lacerado, deshecho, derrengado, tundido, desriñonado, dolorido y aporreado, el jefe vikingo sale de abajo del enorme toro y les dice con determinación a sus estupefactos compañeros: "¡Vikingo o no vikingo, yo ya no voy a usar este maldito gorro con cuernos! ¡Se presta a muchas confusiones!"... El amable señor se dirige a la muchacha: "¿Me permite un segundo, señorita?". "¡Óigame! -se indigna la chica. ¡Ni siquiera le he permitido un primero!"... En una casa de mala nota Babalucas le preguntó a la madama: "¿Cuánto debo pagar por estar con una mujer?". Responde la daifa: "Depende del tiempo". Precisa Babalucas: "Digamos, con viento leve y cielo despejado"... Aquel señor escogió el traje más feo que había en la tienda. Era de color fiucha con rayas amarillas. "Dígame con franqueza, señorita -le pregunta a la empleada que lo atendía-: ¿cree usted que si compro este traje mi esposa saldrá conmigo cuando me lo ponga?". Responde la muchacha: "Sinceramente, señor, pienso que no". "¡Entonces me lo llevo"! -declara feliz el cliente... Llegó don Astasio a su casa y, como de costumbre, halló a su mujer en brazos de un sujeto. "¿Quién es usted?" -le preguntó hecho una furia al tipo. Antes de que el fulano pudiera contestar se adelanta la señora y le dice al querindango: "Oye, de veras: ¿cómo te llamas?"... Don Veterino le dice a su mujer: "Voy a la Seguridad Social a pedir mi pensión por vejez". Le recomienda la señora: "Lleva tu acta de nacimiento". "No la encontré -dice don Veterino-. Iré sin ella, a ver qué pasa". Un par de horas después regresó muy contento. "Me dieron la pensión de vejez" -anunció con orgullo. Inquiere la señora: "¿No te pidieron el acta de nacimiento?". "Sí -responde él-, pero yo les mostré mi pecho flácido, y me dieron pensión por edad". "¡Eres un tonto! -bufa la señora-. ¡Les hubieras mostrado también lo de más abajo, y te habrían dado igualmente pensión de invalidez!"... Aquellos esposos celebraban sus 25 años de casados. Pregunta ella con romántico acento: "Dime, esposo mío: ¿me amarás cuando mis cabellos se pongan grises?". Responde él: "¿Por qué no? Te he amado cuando se te han puesto rubios, negros, platinados, rojos, morados, color caoba, despintados, verdosos, azulados, color zanahoria, y otros 17 tonos de color indefinible"... El cliente le dice a la exuberante chica de tacón dorado: "Me gustaría que me hicieras el amor como mi esposa". Pregunta ella: "¿Cómo te hace el amor tu esposa?". Responde el individuo: "Gratis"... En medio de la orgía preguntó lord Highrump: "¿A qué horas se servirá el té?". "¿Té? -se sorprendió el organizador de aquella erótica bacanal-. En las orgías no se sirve té". "¿Ah, no? -replica el lord enarcando las cejas-. Y entonces ¿cuál es el objeto de la reunión?"... Silly Kohn, vedette de moda, anunció que iba a casarse, pero a última hora rompió su compromiso. "¿Por qué lo hiciste?" -quiso saber una amiga. Responde Silly: "Descubrí que mi novio era muy viejo. Disfrazaba su edad con cirugías plásticas y tratamientos, pero en el examen médico prematrimonial quedó al descubierto su mucha edad". Pregunta la amiga: "¿Cómo se descubrió la edad que tiene?". Explica Silly Kohn: "Resultó que no tenía espermatozoides. Tenía espermatosaurios"... En la fiesta la señorita Himenia Camafría, célibe otoñal, les dice a los caballeros presentes alzando en alto el brazo con el puño cerrado: "¡El que me adivine qué tengo en la mano se ganará el derecho de sentarme en sus rodillas y darme un beso!". El más galano de los invitados responde con tono irónico: "¡Un elefante!". La señorita Himenia se le sienta en las rodillas, y echándole los brazos al cuello le dice: "¡No precisamente, pero se acercó usted bastante!"... Cierto soldado perdió en acción de guerra un par de cosas que estimaba mucho. A fin de suplirlas el cirujano le implantó en el precario hospital de sangre lo único que encontró a mano: dos cebollitas botaneras. Años después el médico le reveló a su paciente el heterodoxo procedimiento que había empleado. "¡Vaya! -explica el ex combatiente-. ¡Ahora me explico por qué cada vez que le hago el amor a mi esposa se le salen las lágrimas!"... FIN.

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