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DE POLÍTICA Y COSAS PEORES

ARMANDO CAMORRA

Florilí, guapa muchacha, iba por un camino rural, y vio a un hombre abrazado a un poste. Le preguntó: "¿Qué hace?". Respondió el individuo: "Escucho las conversaciones telefónicas". "¿De veras se oyen?" -se asombró Florilí. "Y muy bien -aseguró el sujeto-. Se entera uno de toda clase de sabrosos chismes. Acérquese y pruebe". Ella se abrazó al poste, cosa que aprovechó el avieso tipo para ponerle un par de esposas, con lo que la inmovilizó. Procedió entonces a robarle su bolso y demás pertenencias, tras de lo cual se retiró dejándola ahí maniatada. Horas después pasó un vaquero en su caballo. "¡Ayúdeme, por favor!" -le rogó la desdichada. Y le contó lo que le había pasado. El rudo jinete, que venía de vuelta de la cruel continencia del desierto que el poeta dijo, contempló las turgencias posteriores de la chica, y le dijo al tiempo que empezaba a desabrocharse el pantalón: "Me temo, linda, que éste no es tu día"... En mi primera juventud fui actor. Conocí la vida del teatro, y eso me ha servido para desempeñarme en el teatro de la vida. Una de las obras que representé fue la deliciosa comedia de Jardiel Poncela llamada "Una noche de primavera sin sueño". Aunque había actores de mayor calidad que la mía -todos- el director me dio el papel del licenciado Aribau porque yo estudiaba en la Escuela de Leyes. Mi personaje hacía una buena frase. Le decía al protagonista: "Es usted muy inteligente. Siempre dice lo que yo estoy pensando". En efecto, los humanos tendemos a juzgar que la realidad es muy inteligente cuando se ajusta a nuestros deseos y opiniones, y torpe, obtusa, necia, desmañada y tonta cuando se aparta de nuestro pensamiento o esperanzas. Entonces inventamos expresiones para lenificar nuestro berrinche, nuestra frustración. En Coahuila, por ejemplo, quienes perdieron en la contienda para elegir gobernador dan una explicación para justificar su vencimiento, y dicen que Humberto Moreira Valdés le "heredó" el puesto a su hermano. Eso, a más de ser simplista y de apartarse de todo análisis y toda crítica, es injusto, pues anula de plano la voluntad de los 600 mil coahuilenses -no son pocos- que sufragaron por Rubén Moreira, y además los desprecia. A menos de considerar que todos esos hombres y mujeres -más de medio millón- que dieron su voto al candidato priista son débiles mentales que se dejaron engañar, la manifestación de su voluntad ha de ser objeto de respeto, sobre todo si los candidatos perdedores han reconocido que la elección no los favoreció, y si no la han impugnado en su resultado final. Esto no es herencia: es democracia. Cuando aquel hombre bonísimo que fue el general Raúl Madero era candidato a gobernador de Coahuila, un orador de campaña lo enalteció diciendo que era hermano de don Francisco, el Apóstol de la Democracia. "¡Sí! -gritó un parrense-. ¡Pero uno cosa es Chana y otra su hermana!". El mismo sapientísimo apotegma es aplicable aquí. En proporción de más de dos a uno los coahuilenses prefirieron al hermano del gobernador con licencia sobre el compadre del todavía Presidente. Ésa es la realidad, y la realidad no es hereditaria: se construye. ¿Acaso si el candidato panista hubiera ganado la elección sus malquerientes habrían tenido derecho a decir que el triunfo se lo había regalado Calderón? Legitimado por una abrumadora votación en su favor -"apabullante", la llamó Reforma-, Rubén Moreira llega por sus propios méritos, y por su esfuerzo, al gobierno de Coahuila. A pesar de una intensa campaña de desprestigio desatada por el PAN, la gran mayoría de los ciudadanos aceptaron la propuesta de "Más Moreira", y los más de los votantes dieron su apoyo en todos los distritos electorales al partido que ahora encabeza Humberto Moreira, y que ganó en Coahuila la totalidad de las elecciones. Por algo será. No es posible pensar que 600 mil paisanos míos, de todas las ciudades del Estado y de todos los sectores sociales, son unos inconscientes. Si así fuera, la democracia sería una inconsciencia... Un anciano veterano de la Segunda Guerra le dice a otro: "¿Te acuerdas de aquellas pastillas que nos daban para bajarnos el apetito sexual? Creo que finalmente están empezando a hacerme efecto"... FIN.

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