Solicia Sinpitier, Himenia Camafría y Celiberia Sinvarón, maduras señoritas solteras, fueron al zoológico. Sucedió que el gorila escapó de su jaula, y lanzándose sobre la señorita Celiberia la hizo objeto de sus instintos selváticos más bajos. Solicia contempla con disgusto el espectáculo de aquel lúbrico ataque, y le dice a la señorita Himenia: "No sé qué le vio a ella que no tengamos nosotras"... Babalucas fue a confesarse con el padre Arsilio. El buen sacerdote le indicó: "De penitencia rezarás dos credos". Responde el badulaque: "Nomás me sé uno"... Decía Capronio: "He estado enamorado de la misma mujer durante 20 años. Si mi esposa se entera, me mata"... Don Feblicio y doñ Añilio, octogenarios caballeros, hablaban de cosas de sexualidad en su banca del parque. Comenta don Feblicio: "He oído decir que comer ostiones pone tinta en tu pluma". Replica con tristeza don Añilio. "No lo dudo, pero a estas alturas no creo que ninguna mujer quiera que yo le escriba"... El próximo domingo se llevarán a cabo en Nueva York dos ceremonias nupciales importantes. La primera será pública; privada la segunda. El mayor número de licencias matrimoniales expedidas por la ciudad había sido de 621, el día de San Valentín de 2003. Este año el número de licencias solicitadas para ese domingo llegó a 2 mil 700, únicamente por Internet, sin contar las que podrán pedirse en ventanilla. Y es que por primera vez las parejas homosexuales podrán validar legalmente su unión; de ahí ese número de solicitudes, tan alto que debieron limitarse a 764 las que serán extendidas el domingo, y que se atribuirán mediante el sistema de sorteo. De las licencias que fueron solicitadas, más de mil 700 corresponden a parejas gays. Sólo una pareja fue eximida de esa lotería: la que forman desde hace años John Feinblatt, principal asesor político del alcalde neoyorquino, y Jonathan Mintz, jefe del departamento de Protección al Consumidor de la ciudad, pues la suya -la ceremonia privada- será la boda con que simbólicamente se iniciará la legalización de las uniones de personas del mismo sexo en Nueva York. En ella oficiará el propio alcalde, Michael Bloomberg, y el acto tendrá lugar en la residencia oficial de Manhattan. Sólo en dos ceremonias nupciales ha participado antes el edil: casó a su hija, y fue también oficiante en el matrimonio de quien lo antecedió en la alcaldía: el famoso Rudy Giuliani. El domingo será, entonces, un día histórico en la gran ciudad, pues marca un paso de importancia en la lucha contra la discriminación por motivos de preferencia sexual... El automóvil del agente viajero sufrió una descompostura en un camino rural. Era de noche, y el hombre vio a lo lejos una lucecita. Caminó hacia ella, y llegó a una granja. El granjero le dijo que podía alojarlo, pero tendría que dormir en el mismo cuarto de su hija. Ya a solas con la muchacha el viajero pretendió abrazarla y besarla, en el más puro estilo de Strauss-Kahn. Ella lo detuvo, enérgica. Le dijo: "¡Alto, o llamaré a mi papá!". El hombre repitió su intento, y ella lo volvió a rechazar: "¡Alto, o llamaré a mi papá!". En el tercer intento, sin embargo, la muchacha consintió, y los dos gozaron de los meneos de himeneo. Tan satisfecha quedó ella que le pidió al viajero una nueva demostración. Y una tercera. Con ésta última prueba el hombre quedó desguanguilado, si me es permitido ese vocablo que el diccionario no registra. Recoge sólo el adjetivo "desguanzado". Sin vigor ni fuerzas, quiero decir, quedó el viajero después de aquel trance tercero. ¡Qué bien se ve que no había bebido nunca las miríficas aguas de Saltillo! Con ellas habría tenido potencia suficiente para hacer obra de varón no sólo la cuarta vez, sino otras varias más, hasta completar posiblemente la docena. A pesar de verlo así, laso y desposeído, la chica fue hacia él en busca de una nueva refocilación. Pero el hombre la detuvo y le dijo: "¡Alto, o llamaré a tu papá!". FIN.