El seductor galán elogiaba las bellas piernas de la chica. Ella le dice: "Las tengo así porque las cuido mucho. Soy la mejor amiga de mis piernas". "Qué bueno que sean tan amigas -la felicita el tipo-. Pero supongo que no serán inseparables"... Allá a mediados del pasado siglo hubo un sujeto que no le daba dinero a su mujer. Cuando ella se lo pedía, él contestaba: "Mejor te daré un rato de amor". A consecuencia de eso ella estaba ahíta de eróticos placeres, pero hambrienta. Así pasó un buen tiempo. O malo, según se vea. Cierto día llegó el tipo a su casa y encontró la nevera bien abastecida, y la mesa llena de vituallas y botellas de grande variedad y gusto. "¡Recórcholis! -exclamó con asombro usando una expresión aprendida de don Pedro Muñoz Seca-. ¿De dónde sacaste todo esto?". Responde la señora, con naturalidad: "De la tienda de la esquina". Inquiere el marido:"¿Y con qué le pagaste al tendero?". Dice ella: "Le pagué con todos los ratos de amor que tú me has dado". (Y pienso que le gustó pagar a la señora, porque ya tenía cubierto por adelantado el abasto de 20 años). El pintor de brocha gorda le ofreció sus servicios al señor. Por hacerle un favor le dice el dueño de la casa: "Está bien: píntame el porche con pintura vinílica color verde pistache". Un par de horas después le dice el pintor: "Ya terminé el trabajo, señor. Pero ¿por qué me dijo que era porche, si es Ferrari?"... En medio de la orgía, cuando hombres y mujeres, descalzos de pies a cabeza, se mezclaban en confusa revoltura de cuerpos -en las orgías las almas vuelven la vista a otra parte-, un hombre gritaba desesperadamente: "¡Organización, señoras y señores! ¡Organización!". Alguien le preguntó: "¿Por qué gritas eso?". Responde el individuo: "Porque yo todavía no he fornicado, y ya van tres veces que me fornican a mí". Este sabido cuento me sirve para hacer una reflexión, y de paso orientar a la República. El partido que tenga más unidad y mejor organización será el que obtenga el triunfo en la elección presidencial del 2012. Al decir eso no estoy haciendo un vaticinio. Lejos de mí la temeraria idea de erigirme en vate o zahorí. De mis lecturas he aprendido que los profetas casi siempre acaban mal, y con frecuencia les sucede la mayor de las tragedias que a un arúspice pueden suceder: que sus augurios tengan cumplimiento. Al decir lo que digo estoy aplicando simplemente un principio comprobado: las elecciones las ganan los partidos que llegan a un proceso electoral con una estructura sólida y un trabajo de base bien cumplido. El candidato importa, claro, pero la organización importa más. Por eso el opaco Wellington venció en Watercloset al rutilante Napoleón. (Nota: Seguramente nuestro amable colaborador quiso decir Waterloo). Ponderen mis cuatro lectores cuál de los partidos principales que contenderán el próximo año tiene más organización, mejor estructura y unidad mayor, y saquen sus conclusiones. Babalucas y su amigo fueron de pesca. Compraron el mejor equipo; se hospedaron en el hotel más caro a la orilla del lago, y alquilaron una lancha de alto precio. En cinco días pescaron solamente un pez. "¿Te das cuenta -le preguntó, irritado, el amigo a Babalucas- de que este pescado nos cuesta 10 mil pesos a cada uno?". "¡Uta! -exclama cariacontecido el tontorrón-. ¡Qué bueno que no pescamos más!"... El juez de los divorcios le informó al demandado: "He decidido fijar a su esposa una pensión mensual de 25 mil pesos para su manutención y la de sus hijos". Responde el individuo: "Agradezco la munificencia de Vuestra Señoría. Yo también procuraré enviarles de cuando en cuando algunos pesos". En el club de tenis un socio le dice a otro: "Venusina no usa ropa interior. Juega muy mal, pero sus partidos son los más concurridos". Rosibel le contó a Susiflor: "Don Algón me invitó a ir a su departamento. Me dijo que quería enseñarme su Picasso. ¡Qué Picasso ni qué Picasso! ¡Tiene un piquillo de este tamañito!" ... FIN.
