"Anoche participé en un ménage à trois" -les dijo Babalucas, orgulloso, a sus amigos. "¿Cómo fue la cosa? -preguntaron ellos, ansiosos por saber de aquella lúbrica ocasión sexual. Relata Babalucas: "Un amigo mío hizo el amor con su novia tras los arbustos del parque, y yo les eché aguas". (Nota explicativa para mis lectores en el extranjero: en México "echar aguas" significa advertir a alguien de algún peligro, para que se prevenga contra él. La expresión se originó en la antigua costumbre de arrojar a la calle el contenido líquido de la bacinica, también llamada bacín, bacinilla, borcelana, taza de noche, necesaria, cotorra o -en modo más elegantizado- tibor. La persona que iba a lanzar esa inurbana lluvia avisaba a los transeúntes gritando: "¡Aguas!", a fin de que se apartaran y no sufrieran la pestífera mojadura). Un pescador aficionado le dice a otro: "Ayer día pesqué un robalo de 6 kilos". El amigo, suspicaz, inquiere: "¿Hubo testigos?". "Desde luego que los hubo -replica el pescador-. Si no los hubiera habido el robalo haría pesado 12 kilos". Contaba un señor: "Mi esposa y yo tenemos perfecta compatibilidad sexual. A los dos nos duele la cabeza las mismas noches". El vendedor de autos usados le informa al presunto comprador: "Este coche es prácticamente nuevo. El kilometraje marca cero, pues jamás el carro salió de la cochera. Su dueña lo usaba únicamente para matar a sus maridos con el humo del escape". A querer y no, toda elección constituye un plebiscito que va más allá del simple hecho de escoger a uno entre varios candidatos a algún cargo. El ciudadano premia o castiga con su voto a un partido o a un gobernante, y se sirve del sufragio -negándolo incluso, o anulándolo- para expresar su opinión acerca de la situación reinante. En Michoacán, me temo, Luisa María Calderón resentirá el efecto Calderón, no por la mera circunstancia de ser hermana del Presidente en turno -eso no debe contar-, sino por el desfavorable juicio que en general hacen los ciudadanos sobre los méritos de la administración calderonista. La candidata del PAN no está sola en su predicamento: también el abanderado del PRD habrá de sufrir los resultados de la mala opinión que los michoacanos tienen acerca del gobierno perredista actual, el de Leonel Godoy, al que se culpa en buena parte de la rampante violencia desatada en el solar nativo de Felipe Calderón. Así las cosas, el candidato priista, Fausto Vallejo, tiene una buena oportunidad de ganar la jornada michoacana, ante la división del perredismo local y los cuestionamientos a la candidatura de la Cocoa. De modo que también esa elección será un importante plebiscito para el PRI. Curiosamente, los michoacanos de cepa cardenista no ven con malos ojos a Vallejo, pues lo consideran cercano a la tradición fincada ahí por Tata Lázaro, y no hay que olvidar que antes de ser perredista esa tradición fue hondamente priista. En fin, si bien no es posible hacer una apuesta segura, sí podemos decir desde ahora que la de Michoacán será una elección considerablemente más interesante y competida que la del Estado de México, y, como ésta, con un alto grado de significación para el futuro. Nalgarina Grandchichier, vedette de moda, le preguntó a su amiga Silly Kohn: "¿Te gusta Mozart?". "No sé -contesta Silly-. Nunca lo he hecho con él". La esposa de Capronio estaba leyendo el periódico. Le comenta, indignada, a su marido: "Aquí viene la historia de un sujeto que entregó su mujer a un sujeto, por una noche, a cambio de un abono para la temporada de futbol. ¿Harías tú lo mismo?". "¡Claro que no! -responde Capronio con firmeza-. La temporada ya va muy adelantada". Una mujer acude con el médico y le dice: "Mi esposo sufre debilidad sexual. Quiero que usted le dé algo que lo haga sentirse como un toro". El facultativo le ordena: "Desvístase". "¿Qué me desvista? ¿Yo?" -se sobresalta la mujer. "Sí -confirma el galeno-. Vamos a empezar por ponerle los cuernos". FIN.