Una linda saxofonista americana quiso dar clases de saxofón en su casa. Envió al periódico un anuncio: "Sax lessons. First lesson free". Y puso en él su dirección. Por un error de imprenta el aviso apareció así: "Sex lessons. First lesson free". Furiosa, la muchacha llamó al diario. "Exijo una aclaración mañana mismo -demandó-. Y también quiero que me digan qué hago con los 500 hombres que están formando fila afuera de mi casa". Doña Pasita y doña Vetulita, sonrosadas y dulces ancianitas, cambiaban impresiones acerca de la ropa que usaban. "Yo -dice doña Pasita-, uso medias, no pantimedias". Le pregunta Vetulita: "¿Las encuentras más cómodas?". "No -explica doña Pasita-. Lo que sucede es que cuando usaba pantimedias, con cualquier aire se me botaban las pantuflas". (No le entendí). Kid Groggo, boxeador, sufría de insomnio. Un médico le sugirió: "¿Por qué no prueba a contar ovejas?". "Ya lo he hecho, doctor -replica gemebundo el ojeroso pugilista-, pero cuando llego a la cuenta de 9 automáticamente me levanto". Uglilia, mujer poco agraciada, les hizo una confidencia a sus amigas: "Obligué a mi novio Picio a esperar seis meses antes de tener sexo conmigo". "¿De veras?" -pregunta una. "Sí -responde Uglilia-. Él quería esperar un año". En cosa de días -o, mejor dicho, en cosa de Calderón- Ernesto Cordero dejará la secretaría de Hacienda, que últimamente ha ocupado a ratos, para dedicarse formalmente a ejercer su delfinado en la búsqueda de la candidatura del PAN a la máxima magistratura, ahora tan mínima. Del mismo modo que Calderón equivocó la estrategia en su lucha contra la delincuencia, también yerra en el combate por la sucesión presidencial. No ha ocultado su preferencia por Cordero, y bien dijo Luis XI: "Qui nescit disimulare, nescit regnare". El que no sabe disimular no sabe gobernar. Aquí la palabra "disimulare" equivale a ser discreto, a respetar esas formas que tanto privilegió Reyes Heroles. Al apartarse de las buenas maneras políticas el Presidente ha dado pie para que se le considere dirigente del PAN más que del País, y gran elector como lo fueron antes los presidentes del priato. También se ha equivocado Calderón en su favoritismo: está apoyando a quien apenas ocuparía el tercer lugar, por debajo de Josefina Vázquez Mota y de Santiago Creel, en la lista de posibles candidatos panistas. Bien lo decía el clásico proloquio: los dioses ciegan a quienes quieren perder. Ahora que consideraciones de orden ético influyen sobre el voto de muchos ciudadanos, la única persona, no sólo del PAN, sino igualmente de los demás partidos, que no tiene rabo que le pisen es Josefina Vázquez Mota, única opción también que los blanquiazules tienen capaz de contrastar las candidaturas que presenten los demás partidos, y con viabilidad para evitarle a Acción Nacional la debacle que significaría su desplome hasta el tercer lugar, como sucedió en el estado de México, y como muy posiblemente sucederá también en Michoacán. Y aquí cambio de tema, pues advierto que estoy entrando en el resbaladizo campo de las profecías, y en esto de la política futura lo mejor es ceñirse a la prudencia descrita en otro latinajo, el lema que vi en el edificio de la Agencia de Seguridad de la República Checa en mis deambulares por esa misteriosa y bellísima ciudad que es Praga: "Audi, vide, tace". Escucha, mira y calla. Don Temístocles, dueño de un cortijo, dio a su nieto Pepito un paseo por la finca para que no se aburriera mientras el papá del niño hacía una paella. Al ir por el prado el chiquillo vio a un toro que montaba a una vaca en cumplimiento del rito de la procreación. "¿Qué hace el toro?" -preguntó el pequeño, intrigado a la vista de esa acción, desconocida para él. "Está cubriendo a la vaca" respondió el abuelo con naturalidad. Cuando regresaron a la casa el papá del niño estaba terminando de preparar el rico platillo. Le dice el abuelo: "No se te olvide cubrir la paella". Y exclama Pepito con alarma: "¡Si la cubre yo quiero una hamburguesa!". FIN.