La pareja terminó su primer acto de amor. Le dice ella a él: "Celeriano: eres un pésimo amante". "¡Caramba! -protesta el galán con dolorido acento-. ¿Cómo puedes juzgar, si esto duró nada más 7 segundos?"... Linda palabra es "confeti". No se usa casi ya, pues el confeti ya casi no se usa: las naderías de los pasados tiempos ceden sitio a las naderías de los nuevos. Mi columneja de hoy está hecha de confeti, vale decir de comentarios mínimos sobre temas de distinto color, y diferentes... Ayer escribí aquí la frase "un decálogo de cuatro mandamientos". Me llovió un alud de mensajes de atentos lectores que me corregían con amabilidad. La palabra decálogo, me dicen, viene de deca-, que significa diez. No puede haber entonces un decálogo de cuatro. ¡Sorpresa! La Academia, a más de definir "decálogo" (en estilo todavía franquista) como los diez mandamientos de la ley de Dios, señala que "decálogo" es también el "Conjunto de normas o consejos que, aunque no sean diez, son básicos para el desarrollo de cualquier actividad". He aquí uno de esos "meandros del lenguaje" de que hablaba Adolfo Angeli; he aquí su duende -es decir su travesura- que decía Francisco Rabanal... Con paso firme avanza López Obrador, y de seguro empieza a preocupar a los priistas. El arreglo pacífico (de amor y paz) a que llegó con sus eternos adversarios, los llamados Chuchos, siquiera sea un pacto provisional y velis nolis -o sea a querer y no- por ambas partes, fortalece la imagen de unidad que la izquierda proyecta ahora. Eso es señal de que nuevamente las diversas corrientes en que está dividido el perredismo ven muy posible la llegada de AMLO a la Presidencia... Desmesura es la palabra justa para calificar la acción de quienes denunciaron a Felipe Calderón por supuestos delitos de lesa humanidad ante la Corte Internacional de La Haya. Infundada y sin fundamento -son dos cosas distintas, la una correspondiente a la moral, relativa al derecho la otra-, esa absurda demanda, así la suscriban 23 mil firmantes, así sea suscrita por 230 mil, es injusta e irrazonable. No llegarán las cosas a mayores: una de las características del escándalo es que siempre acaba anulándose a sí mismo... Los panistas ya no se deben hacer bolas, y menos aún bilis. La única esperanza que tienen de no sufrir una debacle vergonzosa en la elección del 2012 es Josefina Vázquez Mota. Don Felipe debería sacar la mano ya del proceso interno de su partido. Eso, a más de salvarlo de acompañar a su delfín en la muy probable derrota por la candidatura, dará también la idea de que no tratará de manipular la elección del próximo año. Pero basta de política. Vayamos ahora a cosas mejores... Un hillbilly, rústico habitante de los Montes Apalaches, le dice a su mujer: "Creo que nuestro hijo ya está demasiado grande como para que le sigas dando pecho". Pregunta ella: "¿Por qué lo piensas?". Responde el hillbilly: "Porque cuando acaba de tomar el alimento se fuma un cigarro"... He aquí una de las muchas cosas que un hombre no debe decir en ocasión del sexo: "Ahora que te has desvestido veo que tenías razón. Es cierto: hagámoslo con la luz apagada"... Doña Chalina, mujer muy dada al chismorreo, tenía su propia forma de hablar mal de los demás. Una vez le preguntó a una vecina: "¿Sabes en qué se parece la rubia del 14 a un Ferrari?". "No sé" -responde la otra. Dice doña Chalina: "No muchos hombres se han subido a un Ferrari"... Simpliciano, cándido joven sin ciencia de la vida, contrajo matrimonio. El empezar la noche de las bodas hizo algo verdaderamente insólito que dejó estupefacta a su flamante mujercita: le puso en la entrepierna una bola de boliche. "¿Por qué haces eso?" -le preguntó ella, atónita. Explica el gaznápiro muchacho: "Antes de casarnos le pregunté a mamá qué debía yo hacer esta noche. Me dijo: 'Ponle a tu novia ahí eso con lo que juegas siempre'". (No le entendí)... FIN.