"Esta noche vamos a cambiar de posición". Tal anuncio le hizo el salaz marido a su mujer. "Muy bien -aceptó ella-. Eso quiere decir que yo me apoltronaré en el sillón, frente a la tele, bebiendo una cerveza tras otra, mientras tú estarás en la cocina lavando los platos de la cena"... El veterinario se disponía a inseminar artificialmente a una vaca. Vuelve la cabeza la vaquita y le pregunta al médico: "¿Qué ni siquiera me vas a dar un beso, guapo?"... Mis paisanos de Ramos Arizpe, Coahuila, tienen fama de ser, a más de laboriosos, muy diestros en las cosas del vivir. Se decía antes que cuando en ese bello lugar nacía un niño, su padre lo tomaba, salido apenas del vientre de la madre, y lo arrojaba a lo alto del alto techo de la casa. Si el recién nacido lograba asirse a uno de los morillos que sostenían la techumbre, el papá ponía una escalera, bajaba con tierna solicitud a su retoño y lo presentaba, orgulloso, a la familia. Si no, lo dejaba caer, impertérrito, pues la criatura no había mostrado habilidad para hacer frente a las pruebas de la vida. Otra cualidad se atribuye a esos paisanos míos: la firmeza de voluntad. Son, como los aragoneses, inconmovibles en sus decisiones. Es tan grande la reciedumbre de carácter de los hombres de Ramos Arizpe, que de ellos se cuenta que son capaces de parar un tren a topes. Pues bien: comparados con Felipe Calderón los ramosarizpenses son débiles y blandos, tornadizos, y veleidosos más que una veleta. Quienes conocen bien al Presidente dicen que es invariable en sus determinaciones, por no decir tozudo, terco, empecinado, testarudo, porfiado, tenaz, intransigente y pertinaz. Don José de la Luz Valdés, acendrado carrancista y sabio historiador, contaba que don Venustiano Carranza tenía cabeza dura. "No le entraba ni el hacha" -refería. Mayor dureza muestra don Felipe en su intento de sostener pese a todos los pesares a Ernesto Cordero, su preferido para sucederlo en la que antes se llamaba Primera Magistratura, ahora más o menos la penúltima. Los números señalan con meridiana claridad que Josefina Vázquez Mota va adelante en las encuestas. En forma casi unánime se considera que es la única que podría librar al PAN de una estruendosa debacle electoral. Hay quien incluso le concede posibilidades de dar un campanazo y superar en la contienda a esos dos gigantes, tan vulnerables, que son Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador. Aun así Calderón se mantiene en sus trece, que en su caso son catorce o quince, por lo obstinado en mantener su posición. No dudo que el Presidente pueda hacer candidato a su elegido. Al parecer pone más ímpetu en los asuntos de su partido que en los de su gobierno. Si así sucede, y el señor Cordero va como candidato, desde ahora se puede ya decir que el PAN tendrá un Madrazo... Tetonina Pomponona, mujer de exuberantes formas, tenía un cuerpazo capaz de parar hasta el Metro. En el Metro precisamente iba aquella mañana. Lucía una blusa de pronunciado escote y una brevísima minifalda. Vestida así-o casi vestida-, por arriba se veía hasta abajo, y por abajo se veía hasta arriba. Sentada en su asiento atraía todas las miradas masculinas y todas las envidias femeninas. Un mozalbete que iba de pie frente a ella no podía quitarle la vista de encima, sobre todo de los encantos pectorales, que parecían querer salirse de la blusa. A su lado estaba un hombrón de amenazante traza. Le pregunta al muchachillo: "¿Qué ves, mequetrefe?". "Na-nada, señor" -balbuce, asustado, el jovenzuelo. "Entonces hazte a un lado -le ordena el individuo-, para poder ver yo"... Capronio, sujeto ruin y desconsiderado, le contó a un amigo: "Anoche tuve una espantosa pesadilla. Soñé a mi suegra montada en un cocodrilo. Horribles fauces espumosas, ojos amarillos y saltones, piel rugosa...". "Qué feo sueño" -comenta el amigo. "Y eso no es nada -le dice el tal Capronio-. Espera a que te describa al cocodrilo"... FIN.