El niñito le contó a su papá, recién llegado de un viaje: "Ayer el vecino se iba a hacer pipí en la sala de nuestra casa". "¿Cómo es eso?" -pregunta extrañado el señor. "Sí -explica el pequeño-. Le dijo a mi mamá: 'Llévate al niño, porque ya no aguanto'"... El marido de doña Cachalota, gordísima señora, le contó a su hija: "Tu mamá se cayó anoche de la cama". "¡Qué barbaridad! -se alarmó la muchacha-. ¿Cómo se cayó?". Responde el señor: "Por los dos lados de la cama"... En la tienda de departamentos la niñita se sube a las rodillas de Santa Claus y le dice: "¿A que no sabes qué tengo?''. Responde el hombre con dulce sonrisa: "¿Zapatitos nuevos?''. "No''. "¿Una linda muñeca?''. "No''. "¿Un perrito?''. "No''. "Me doy por vencido. ¿Qué tienes?''. Y dice muy orgullosa la chiquilla: "Sarampión''... Rosibel, secretaria de don Algón, le pregunta: "¿Quiere que le traiga su cafecito?". Pregunta él a su vez: "¿Está caliente?". Con un mohín de coquetería replica la muchacha: "¡Ay, señor! ¡Ya va a empezar usted con sus cosas!"... Estaba en la fiesta una chica de mucha pechonalidad. Quiero decir que era dueña de un busto ubérrimo, opíparo, espléndido, pletórico. Va hacia ella un individuo y la saluda: "¡Hola, tocayita!". Ella se extraña. "¿Tocayita? -repite-. ¿Cómo te llamas?". Responde el tipo con una gran sonrisa: "Zenón"... Babalucas andaba muy contento. "¡Ayer fue mi día de suerte! -comentó-. Fui a una casa de mala nota, vi a mi esposa bailando ahí ¡y ella no me vio!"... Tirando de las pinzas con todas sus fuerzas, el novel odontólogo extrajo por fin la muela del atormentado paciente. Con alarma observó el dentista en ciernes que de la muela pendía un largo filamento a cuyo extremo se veían dos bolitas. "Caray, señor -dice a su aterrorizado cliente-. Me temo que la muela tenía la raíz demasiado profunda"... Inclinada sobre el lecho del paciente la joven y guapa estudiante de Medicina procedió a aplicarle el estetoscopio. Le dice luego a su maestro: "Jamás había escuchado un corazón latir tan rápido". Indica el médico: "Le late así por dos razones". "¿Cuáles son?" -pregunta la estudiante. Responde el doctor: "Si se endereza usted, el paciente ya no verá las dos razones, y su pulso volverá a la normalidad"... El tipo aquel tenía aspecto siniestro. No obstante eso la desaprensiva muchacha aceptó ir con él a pasear por el bosque. El sujeto condujo a la chica por la espesura. Caía ya la tarde, y las sombras empezaban a llenarlo todo. "¡Qué miedo!" -dice la muchacha tratando de actuar con ligereza. Responde el individuo: "Dímelo a mí, que voy a tener que regresar solo". Frinesia, muchacha de tacón dorado -es decir de la vida galante-, le contó a Mesalinia, compañera de profesión y amiga, lo que le había sucedido. "Vi a un guapo joven en la calle y le ofrecí mis servicios. Me preguntó cuál era la tarifa, y se la dije: mil pesos. Me respondió que nada más traía 50. 'Por 50 pesos -le informé- lo único que te puedo dar es un beso'. Aceptó él, y le di el beso. ¡Nunca había encontrado a alguien que besara tan bien! Sentí que todo mi cuerpo se estremecía". Le pregunta Mesalina: "Y ¿qué hiciste?". Contesta Mesalinia: "¿Qué querías que hiciera? ¡Le presté 950 pesos!"... Un tipo bebía alegremente en un bar. A su lado estaba una joven muy guapa que bebía un vaso de leche con expresión feliz. Le pregunta el sujeto: "¿Estás celebrando algo?". "Sí -responde ella-. Tengo cinco años de casada, y no había podido encargar. El médico me acaba de informar que estoy embarazada". "Felicidades -le dice el individuo-. Yo también estoy celebrando. Mis gallinas habían dejado de darme huevos y pollitos. Ahora han empezado a darme una buena dotación de las dos cosas". Le pregunta la mujer: "¿Hiciste algo para lograr eso?". "Sí -explica el otro-. Cambié de gallo". "¡Qué coincidencia! -exclama ella-. ¡Yo hice lo mismo!". Tres amigos expertos en cosas de amoríos cambiaban impresiones acerca de un tema interesante: la ropa íntima femenina. "A mí me gusta sencilla y sin adornos" -dijo uno. Opinó el segundo: "A mí, en cambio, me gusta con encajes y otros detalles atrevidos". "Pues a mí -dice el tercero- me gusta que la ropa íntima femenina sea como los libros que leo". "¿Cómo?" -le preguntan. "Con un gran contenido humano"... FIN.