Si me notan un poquito menos inspirada y con la vena de la comicidad mermada es que me duele mucho lo de Japón.
Un país al que he estado ligada desde que nació mi hijo. No, su papá no es nipón ni la criatura fue procreada en Oriente. La verdad no me lo explico, pero desde que Alex llegó al mundo moría por todo lo que tuviera que ver con Japón. Es que era salir a la calle y el niño: “Mamá, Japón”.
Así que uno de los primeros libros que tuvo fue Mis Primeras Palabras en Japonés y pasamos años persiguiendo sumos, canciones japonesas, kimonos, samuráis, pijamas de seda, sables, figuras de papel, árboles de cerezo y comida importada desde el “país del sol naciente”.
Bueno, a lo que iba es a mostrar mi cariño y admiración para esos seres humanos tan ejemplares que son los japoneses, aún con la triple crisis (terremoto, tsunami y amenaza nuclear) que llevan encima (palabras robadas a mi amigo, el periodista Jorge Ramos) hay que ver el talante que tienen.
Pero, aunque hay días que abres los ojos y piensas: “madre mía, se está acabando el mundo”, la vida sigue y hay que vivirla.
Y, si para eso te encuentras a un hombre 10 años menor que tú, y logras que se enamore de ti ¡ya estamos del otro lado!
Oigan, no sé ustedes, pero esta columnista sigue impresionada con el romance de Shakira y Piqué. ¡Uy, qué bonito el amor de Piqué! Aparte de que le voy al Barcelona (por razones románticas, la verdad no me importan los goles), me parece precioso que una mujer exitosa, millonaria, treintona y mundial como Shakira, tenga como novio a un hombre de 24 años (”añitos”, diría yo).
Personalmente, no soy nada fan de la colombiana. Por nada en particular, es sólo que su voz me pone de malas. Si alguien me pregunta: “oye Martha ¿qué cosas no te gustan en la vida?”, contestaría: “Shakira y toda la familia de los champiñones”, en ese orden. No sé, cosas de una. Eso sí, reconozco el talento que la Mebarak tiene para todas las cosas: empezando por mover la cadera, hasta conquistar mercados, pasando por el altruismo y la composición. Una cosa versátil. ¿Será que la versatilidad es lo que la une a Gerard?
Esta semana, desde que apareció la foto del beso entre la cantante y el futbolista campeón del mundo, no he dejado de pensar en la otra foto. ¿Se acuerdan? Esa famosa imagen en la que Piqué le hacía amorosos “cariñitos” a su entonces compañero de equipo Zlatan Ibrahimovic, publicada hace algunos meses.
Yo lo que digo es que hay que repartir amor a todos los prójimos sin distinción ni reparo ¡igual que Piqué!
Además, viéndolo numéricamente, eso aumenta las posibilidades a la hora de ligar o conseguir pareja. Y que conste que no lo digo yo, sino las estadísticas universales. Si eres mujer, y sólo te gustan los hombres, habrá que buscar hasta por debajo de las piedras porque hay pocos disponibles. En cambio, si también te atraen las mujeres, hay tantas solas que, por ahí, podía saltar la liebre del amor.
Es tentador, hay que admitirlo. Pero creo que, de momento, no cambiaré de banqueta: la soledad me sienta bien (léase con sentido del humor y muchas lágrimas de fondo).
