Estaba leyendo que Shakira fue abucheada en Ginebra por llegar una hora y media tarde a su concierto. Hombre, con eso de que anda muy enamorada, no pone atención a las cosas. Se ve que la colombiana no sabía que en Suiza se hacen los relojes y todas las personas traen uno puesto.
La pobre novia de Piqué habrá pensado: “Seguro nadie se dará cuenta de la hora...” (jajaja) y se llevó una rechifla impresionante. Me hubiera encantado estar ahí porque dicen que el abucheo fue precioso y multicultural, y que el público le gritaba cosas en alemán, italiano, francés y suizo. ¡Como asamblea de la ONU!
Francamente, soy una gran detractora de Shakira, pero hoy reprimiré mis gustos musicales para comentar que, según los suizos, aparte de impuntual, la cantante es tramposa y maleducada, porque hizo “playback” y se fue sin despedirse.
Y, ¿saben qué? Yo le creo a los suizos, nada más por haber perfeccionado de esa manera los chocolates y porque tienen las vacas más bonitas del mundo. Y si ellos dicen que la novia del futbolista les vio la cara, yo les creo, los entiendo y los apoyo.
Recuerden que me gusta sumarme a las causas. Es más, el domingo iba pedaleando por Reforma y me crucé con la marcha de las putas. Por supuesto, me dije: “Tú tienes que estar ahí”. No por nada ni porque pertenezca a ese solidario y útil gremio, sino porque sentí que las señoras marchantes necesitaban cobijo, y también para ver si encontraba caritas conocidas (siendo sincera).
Ahí, unidas y asoleadas, reclamamos respeto a sus derechos y protestamos contra la violencia sexual, bajo el lema de: “Ella dice no, significa no”. Por favor, que alguien traduzca esto y se lo reenvíen al señor Strauss-Khan para que se evite futuros desaguisados.
Señores, lo anterior es importantísimo. Aunque la mujer que tengan frente a ustedes ponga ojitos de amor, sea su legítima esposa, se los coma a besos, se baje repentinamente los calzones, haya posado desnuda para una revista de caballeros, tenga cara de que le encanta el sexo o sea prostituta de profesión, si sale de su boca la palabra “no”, ustedes se retiran y respetan.
Que se quedaron picados, pues ya sabrán cómo darle salida al “calor” que se les quedó guardado. A ver, no los oigo: “Si ella dice no, es no, ¡nos retiramos y respetamos!”.
Ahora, también nosotras debemos decir un “no” bien articulado y con todas sus letras. Porque si te preguntan o te tienen contra la pared con sexo inminente en el horizonte y tú respondes con un “nnnnnnnnno” aderezado con una gran sonrisa, envías doble mensaje y ahí la cosa se complica.
O sí sólo pronuncias un “neeee”, no sirve, porque puede confundirse con un “seeee” (o sea, “sí”). Me ha pasado que dices “neeee” y creen que es “seeee”, y hay que poner pies en polvorosa.
A ver, señoras, repitamos juntas: “N-o... N-o... .N-o”.
Es que la palabra “no” es muy corta, pero muy incierta, ¿no?
Me sucedió hace poco, aunque al revés. O sea, él dijo no y yo me hice la loca. No, no lo violé ni nada. Pero me pasé un rato pensando:
“Yo creo que quiso decir sí, porque dijo no pero con cara de ‘tal vez’”. Hay días que te vuelves tonta, ciega y sorda, como Shakira. ¿O cómo era?