Espectáculos Miss Universo 2025 Miss Universo Christian Nodal Julión Álvarez

DE VUELTA AL RUEDO

literatura erótica

Martha Figueroa

No sé si la gente piensa que no tengo satisfacciones físicas o que leo poco, pero me acaban de enviar un altero de libros, casi todos de sexo.

Los títulos son “Sopa o Sexo”, de Mariesther Martínez Eroza; “Sexo Todo el Año”, de Irene Moreno, y una copia en español de “The Surrender, an Erotic Memoir”, de Tony Bentley. Que ése ya lo leí y es una joya, pero se ve que me lo mandaron pensando: “Seguro la pobre no entendió nada en inglés”.

Por motivos prácticos, estoy leyendo el de Irene que incluye “365 tips, ideas y reflexiones para vivir una sexualidad plena”. Digo, no piensen que soy una inexperta en las artes amatorias, pero siempre cae bien un compendio con información sencilla y transparente que me lleve de la mano por el mundo del erotismo y el autoerotismo (que luego es el que se nos facilita en ciertos momentos ingratos de la vida).

De entrada, lo que más me ha gustado son los títulos de los capítulos. Hay uno que me parece precioso y se llama “Grandotes o chiquitos, todos son sabrositos!” (sobre los orgasmos). “Los pechos, lugares para la lujuria” o “El sexo también entra por los oídos” (que suena, mínimo, curioso).

Bueno, pero a lo que iba, es que tengo un amigo que quiere escribir una biografía de Peña Nieto, Ebrard, Beltrones y Josefina, y dice que incluirá pasajes de su vida íntima. Y cuando digo íntima, me refiero a un documento muy sexual. ¡Qué maravilla, con lo que disfruto la literatura erótica!

Por favor, no me juzguen tan a la ligera. Es que siempre he pensado que conocer los hábitos sexuales de alguien, te ayuda a conocer más y mejor a esa persona. Dicho en cristiano: como eres en la cama, eres en la vida. Desde luego, no lo aseguro yo, sino los investigadores mundiales en la materia.

Por lo pronto, ya le recomendé a mi amigo -futuro escritor exiliado- que se aplique a la hora de relatar los episodios sexuales de los candidatos a la silla presidencial y que sea lo más real y explícito posible. Porque no sé ustedes queridos lectores, pero esta columnista quiere sentir que estuvo ahí, en esa cama, donde los hechos se producen. De veras, no es por morbo, es tener un panorama más global al momento de acudir a las urnas.

Mi amigo, el escritor, está muy emocionado porque ese libro sería su debut (y supongo que despedida) en la literatura. Ojalá no le pase lo que al ex Primer Ministro Tony Blair cuando escribió sobre sus peripecias coitales en la autobiografía “A Journey” y puso: “Esa noche, ella me meció entre sus brazos, yo necesitaba ese amor que me daba, de forma egoísta. Lo devoré. Era como un animal siguiendo mi instinto”, pero qué aburrido. Es más erótico un capítulo de Dora la Exploradora (ja, ja).

Claro, tampoco queremos leer: “Y, entonces, Marcelo penetró”. No, hay que mantener el velo del erotismo. Un término medio que deje volar la imaginación, que te mantenga enganchado a las páginas. Algo así como: “Esa noche, Fabio perdió el sueño y se embriagó con la miel de las entrañas de su amada. Al caer las sábanas, cumplió sus más ardientes fantasías. Sus labios quemaban”. (Texto del novel autor R. Hernández).

Perdón que no siga, pero me está ganando la risa.

Leer más de Espectáculos

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Espectáculos

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 652747

elsiglo.mx