Si me notan más positiva, es que he encontrado el camino: Buda me ilumina. Y me encantan las visitas del Dalai Lama a México. Cada vez que aterriza por aquí, me alegro, porque pienso: “Ya viene este buen hombre a contagiarnos de paz y armonía”.
Es tal el campo de buena energía que trae a su alrededor, que se te borra todo lo demás. Bueno, ni me fijé que Richard Gere estaba parado junto. Ese “cuero” se hizo invisible. Pues, perdón, Mr. Gere, le juro que aquí esta su “pretty woman”, pero no todos los días veo a un reencarnado, a un espíritu iluminado con esa inteligencia emocional, ese don de gentes, esa humildad, esa sabiduría ancestral, esa compasión y esa sonrisa. Además de la bondad que se le sale del cuerpo. La bondad es la clave.
Ahora, hay que tener cuidado con las enseñanzas budistas, porque no cualquiera las entiende... ¡Y si las instrucciones vienen en inglés, menos! Se los digo porque tuve una jefa que se dedicaba la mitad del día a seguir las máximas del budismo y la otra mitad a destrozar sin piedad a quien se cruzaba en su camino. A lo mejor el libro que ella leyó decía “vuduismo” y se nos confundió la bruja.
Pero, bien aplicado, es una maravilla. Mis dos mejores amigas, literalmente, le hicieron “acoso y derribo” al líder espiritual para tomarse una foto con él hace unos días, y desde entonces son otras. Antes del sábado eran un par de mujeres abandonadas, tristes y desorientadas (pues sí, ni modo). Ahora, gracias al toque (suave y calientito, según dicen), del Dalai traen otra cara.
Uno de los personajes mexicanos que estuvo más cerca del Dalai Lama fue Carlos Loret. De hecho, lo escoltó por todos los pasillos de Televisa Chapultepec. Entonces yo me preguntaba: “¿Habrá leído el TVNotas Don Dalai?”. La verdad es que todo el mundo critica las revistas del corazón, pero todos las hojean.
Y, tal vez, le pasaron la revista para entretenerlo y se enteró del caso. Me encantaría saber si cuando lo vio el sábado por la mañana antes de la entrevista, lo saludó y pensó: “¡Mira, es el de la cabaña!”. O fue el propio Dalai quien pidió estar cerca de Carlos para mostrarle el camino del budismo e iluminarlo.
A lo mejor, revisando su agenda dijo: “Al cabañista anótenlo primero en mi lista de pendientes”. A mí me parece fantástico que hayan convivido. Primero, porque su Santidad Tenzin Gyatso tiene un gran sentido del humor, y luego porque, precisamente, lo que el líder espiritual buscaba con su visita a México era ayudar a las almas descarriadas, que somos varias.
Lo que sí creo es que el Dalai Lama va a tener que irse a un spa para desestresarse y quitarse las malas energías que chupó de algunos profesores, por ejemplo. Digo, está bien que esté preparado para eso y más, pero tampoco había que cargarle la mano. Me lo imaginé en su avión de regreso a casa, con un montón de monjes dándole terapia para reconectarlo con la luz.