Déficit de atención aqueja a los menores

El trastorno por déficit de atención con hiperactividad, TDA-H representa un importante problema social por su alta incidencia en la población infantil y juvenil y por las consecuencias psicológicas que genera. Además, los niños y adolescentes hiperactivos no llegan a entender por qué tienen tantas dificultades y por qué sus conductas son tan frecuentemente castigadas por los adultos y rechazadas por sus iguales.

Hay que entender que un pequeño con déficit de atención no es igual a un niño inquieto, éstos se caracterizan por distraerse con facilidad y sin un motivo que explique esa agitación.

Un niño únicamente inquieto es capaz de centrarse en los juegos o demás actividades lúdicas, mientras que uno con TDA-H no tiene las mismas posibilidades, ellos realizan muchos movimientos, como si tuvieran un motor, los cuales exceden los considerados como normales en un niño de su edad tanto en calidad como en cantidad; son impulsivos y se les dificulta prestar atención, lo que les puede llevar al fracaso escolar, a una baja autoestima, al rechazo de los demás niños y a un alto riesgo de accidentabilidad.

Además, estos niños generalmente suelen ser incapaces de controlar sus emociones, por lo que tienen dificultades con las normas sociales.

El problema de un niño con déficit de atención con hiperactividad se hace más patente si el entorno familiar esta desestructurado, así lo señaló la licenciada en psicología Janeth Rivera Padilla, del Centro de Atención Psicológica Crecer.

En lo familiar suelen presentarse conflictos debido a que suelen sentirse fracasados al ver que sus hijos no logran conseguir el aprendizaje ni un rendimiento escolar óptimo y por verles crecer con dificultades excesivas.

También los profesores de este tipo de pequeños experimentan una carga de estrés, ya que se topan con la dificultad para encontrar un correcto método de enseñanza que les provea de resultados, además de sus conductas académicas y sociales,

El TDA-H es un conjunto sintomático de base neurológica y con carácter crónico, síntomas no relacionados con cuestiones educativas que no se curan, evolucionan con la persona y se trabaja con ellos para tratar de reducirlos.

 FUENTE: CRECER