Floyd Mayweather Jr mandó a la lona a Víctor Ortiz, en el cuarto round, con el réferi distraído. (AP)
Con mucho discurso, sostiene que su victoria es legítima. Traje impecable. Lentes oscuros. Así apareció el estadounidense Floyd Mayweather Jr para defender su triunfo ante su compatriota Víctor Ortiz, a quien venció el sábado para proclamarse campeón de peso welter del Consejo Mundial de Boxeo.
"Mier..., estas cosas pasan todo el tiempo en el boxeo. Ustedes querían ver un nocaut, pues yo se los di. Cuando uno estira los guantes en una pelea, es tiempo de pelear. Se reanuda el combate", sostiene "Money" Mayweather (42-0, 26 KO).
La polémica se desató por dos situaciones ocurridas sobre el ring del MGM de Las Vegas, durante el cuarto asalto: La primera fue el cabezazo que le dio Ortiz (29-2-2, 22 KO) a su rival, por lo que el réferi Joe Cortez le descontó un punto; la segunda, fue que, al momento de reanudar la pelea, y justo en el instante en que acababan de estrecharse los guantes, Mayweather arremetió tremendo volado al rostro de Ortiz, el cual le siguió otro para mandarlo a la lona, sin percatarse el tercero en el encordado.
"Mayweather es cochino para pelear. La gente lo sabe. Pero así es el boxeo y lo que hizo él fue sucio. Lo que yo hice también pero a mí sí me la cobraron y me quitaron mi punto. Yo me disculpo por el cabezazo que di", dijo Ortiz.
"El réferi dijo algo, así que yo alcé la vista. Estoy casi seguro. Después Floyd me agarró y ahí fue que me descontó. Creo que Floyd es un gran peleador pero no es el mejor de todos. Yo estaba haciendo una buena pelea hasta que me equivoqué al bajar la guardia un instante. Ya mañana será otro día", agrega Ortiz.
Antes que Mayweather doblegara a Ortiz, llevaba 73 conectados por 26 de su oponente. Además, ya había tirado 208 puños y los jueces le daban la pelea sin discusión alguna. Su invicto nunca estuvo en riesgo.
La victoria de nueva cuenta pone al filipino Manny Pacquiao como el rival que todos quieren que enfrente. Pero para el estadounidense lo haría siempre que se le respete su jerarquía alcanzada. Con 34 años, siete títulos mundiales en cinco divisiones distintas, doblegar al filipino es el único reto por alcanzar.
14 Mil
687 espectadores presenciaron el combate el sábado en Las Vegas.