Trípoli. Un leal de Gadafi en Trípoli marca el alto, mietras el líder libio pierde terreno con la intervención. Nobel defiende guerra. El Premio Nobel de la Paz y presidente de Estados Unidos defendió las acciones de su gobierno en Libia.
En una defensa de la primera ofensiva militar emprendida bajo su mando, el presidente Barack Obama declaró ayer que Estados Unidos intervino en Libia para evitar una masacre de civiles que habría manchado la conciencia mundial y "habría sido una traición a lo que somos".
A pesar de esto negó que los ataques se dirijan específicamente a Moamar Gadafi y advirtió que tratar de derrocar al líder libio habría sido un error costoso.
Obama anunció que la OTAN asumirá el comando total de la operación internacional en Libia hoy miércoles, cumpliendo así su promesa de que Estados Unidos traspase la dirección de la ofensiva militar, pero no dijo cuándo podría terminar el conflicto.
No describió como una "guerra" la campaña militar encabezada por Washington y no dio detalles sobre sus costos, pero sí justificó ampliamente por qué considera que actuar es pertinente para los intereses de Estados Unidos y sus aliados.
Utilizando términos directos, Obama dijo que la respuesta encabezada por su país había detenido los avances de Gadafi y evitado una matanza que podría haber afectado la estabilidad de la región entera.
"Haber hecho a un lado la responsabilidad de Estados Unidos como un líder y -aún más profundamente- nuestras responsabilidades hacia nuestros congéneres humanos bajo circunstancias así, habría sido una traición a lo que somos", afirmó Obama.
"Algunas naciones podrían hacerse de la vista gorda ante las atrocidades en otros países. Los Estados Unidos de América son distintos. Y como presidente, me negué a esperar a que llegaran las imágenes de masacre y fosas comunes para entonces actuar", agregó. Obama se presentó ante una audiencia militar respetuosa en la Universidad Nacional de Defensa. El discurso a la nación ha sido la medida más enérgica del presidente para responder a las preguntas presentadas por los críticos republicanos, su propio partido y los estadounidenses pacifistas sobre por qué Estados Unidos se involucró en otro conflicto en un país musulmán.
En Libia las fuerzas rebeldes ganaban territorio a Gadafi el lunes con la ayuda de los ataques aéreos de las fuerzas internacionales.
Entre las protestas y la represión en Oriente Medio y el norte de África, Obama presentó sus argumentos sobre la particularidad de Libia.
"En ese país en especial en este momento en particular nos enfrentábamos a las posibilidades de una violencia de proporciones horrorosas", dijo.
También advirtió sobre las implicaciones más amplias que tiene el conflicto para la región, sin nombrar a los otros países que viven revueltas con violencia.
Insistió en que la falta de acción en Libia habría impulsado a otros líderes tambaleantes en la región a recurrir a la violencia contra su propia población para mantenerse en el poder.
"Los impulsos democráticos que están naciendo en la región se habrían eclipsado por la forma más obscura de dictadura, al tiempo que los líderes represivos habrían llegado a la conclusión de que la violencia es la mejor estrategia para aferrarse al poder", dijo Obama.
"El mandato del Consejo de Seguridad de la ONU habría resultado poco más que palabras vacías, lo que habría destruido en el futuro su credibilidad para asegurar la paz y la seguridad mundial", agregó.
Rebeldes controlan Sirte
Las fuerzas rebeldes de Libia se abrieron paso ayer hacia la localidad de Sirte, el pueblo natal del presidente libio Muamar Gadafi y un bastión clave del gobierno que resguarda el camino hacia la capital, Trípoli.
El rápido avance de los últimos días, respaldado por poderosos ataques aéreos de fuerzas internacionales, ha hecho que la oposición recupere todo el territorio que perdió la última semana y los acerca a 100 kilómetros de este baluarte del poder de Gadafi, en el centro de Libia.
''No será fácil tomar Sirte'', dijo el general Hamdi Hasi, un comandante rebelde del pequeño poblado de Bin Yauad, a 30 kilómetros del frente. ''Ahora, gracias a los ataques de la OTAN contra la artillería pesada (del gobierno) , luchamos casi con las mismas armas, sólo que nosotros tenemos lanzamisiles y ellos no''.
Rusia ha criticado los ataques de la comunidad internacional contra las fuerzas del gobierno que permitieron el avance rebelde, pues alega que sobrepasan el mandato de la ONU de proteger a los civiles al tomar partido en una guerra civil.
Estados Unidos lanzó seis misiles Tomahawk entre domingo y lunes desde posiciones navales en el Mar Mediterráneo, dijeron ayer dos funcionarios de defensa con la condición de no ser identificados porque aún no estaban autorizados a divulgar la información.
Con ello suman 199 el número de misiles crucero de largo alcance disparados por la fuerza internacional en la semana que lleva la intervención militar en Libia, dijo uno de los funcionarios.
La fuerza extranjera también realizó 110 misiones aéreas entre la noche del domingo y la mañana del lunes, 75 de ellas misiones de ataque.