La ex modelo y cantante italiana ha expresado, al igual que el presidente Sarkozy, su deseo de mantener por ahora a su pequeña alejada de la opinión pública.
La primera dama de Francia, la ex modelo y cantante Carla Bruni, salió hoy de la clínica de La Muette de esta capital, donde dio a luz el miércoles pasado, con su pequeña Giulia en brazos.
En medio de decenas de fotógrafos y camarógrafos de televisión que desde hace días están instalados fuera, la esposa del presidente Nicolás Sarkozy y su recién nacida abandonaron el lujoso hospital poco después de las 14:00 horas locales (12:00 GMT).
Sin detenerse ante la prensa que la esperaba y protegiendo a la bebé de las cámaras, Bruni salió sonriente, con buen semblante, abordando rápido el automóvil obscuro que la llevó a casa, según un reporte de la edición electrónica del diario francés Le Figaro.
La recién nacida, que llevará el nombre de Giulia, según publicó la propia primera dama en su página web, un día después de dar a luz, iba cubierta con una pequeña manta obscura, para no ser captada por la prensa.
La ex modelo y cantante italiana ha expresado, al igual que el presidente Sarkozy, su deseo de mantener por ahora a su pequeña alejada de la opinión pública y disfrutar su nueva maternidad en privado.
La pequeña Giulia (nombre de origen italiano) es la cuarta hija para Sarkozy, quien ya tiene tres hijos: Pierre, nacido en 1985; Jean, nacido en 1986, y Louis, nacido en 1997, de sus dos matrimonios anteriores.
En tanto, para Bruni es la segunda hija, ya que la ex modelo es madre de un niño de 10 años, Aurélien, producto de su relación con el filósofo Raphael Enthoven.
El presidente francés no acompañó a su esposa y su pequeña hija a la salida de la clínica, debido a que se encuentra en Bruselas para participar en la cumbre de la Unión Europea (UE), centrada en la crisis financiera griega y la zona euro.
Como un gesto de amistad, la canciller federal alemana Angela Merkel ofreció este domingo a Sarkozy un pequeño osito de peluche para su hija recién nacida, dejando de lado sus diferencias sobre la crisis de deuda de la Eurozona.