Viajes. 'Recorrí Quintana Roo, Yucatán, Campeche y Tabasco. La tenían a pan y agua, le hicieron de todo', comenta Delia.
Hace cuatro meses una red de trata de personas que operaba en Tabasco se llevó a su hija de 14 años de edad. Delia, de origen maya, sintió morir de dolor, pero sabía que su niña la necesitaba y emprendió una férrea búsqueda en varios estados hasta arrebatársela a los presuntos delincuentes.
Delia nació y creció en Morocoy, una población rural del municipio de Othón P. Blanco, con mil 500 habitantes, la mayoría campesinos.
La joven madre relata que por las limitaciones económicas no acostumbra viajar; "lo más que me movía es a la capital (a 70 kilómetros de Morocoy) para vender mis elotes y limones, pero al no saber de mi hija pensé que así tuviera que recorrer el país, la traería de regreso".
"No podré olvidar el calvario de seis semanas, sobre todo, las trabas que encontré ante las autoridades y la descalificación que surgió de inmediato contra mi hija, todos coincidan: se fue con el novio", relata.
"Recorrí Quintana Roo, Yucatán, Campeche y Tabasco, hasta dar con ella. La tenían a pan y agua, le hicieron de todo".
Al ver el poco interés del Ministerio Público de Nicolás Bravo para seguir su caso decidió irse a Chetumal y tocar la puerta del procurador de Quintana Roo, Armando García Torres y autoridades del DIF estatal. "El instinto me guió, hice lo correcto, me escucharon y al ver mi dolor prometieron ayudarme y lo cumplieron", comenta y añade, "nunca sentí miedo, era más fuerte el amor por mi hija que no me importó correr riesgos y perder todo lo que tenía a cambio de tenerla nuevamente en casa.
La familia perdió su pequeño patrimonio, principalmente la camioneta que les servía para vender los limones y elotes que cultivan; estiman que gastaron más de 250 mil pesos. "El calvario no ha terminado, mi esposo, mi hija, mi hijo y yo, estamos en terapia, el juicio sigue y nosotros sin un quinto y ni cómo conseguirlo".
Delia interrumpe el relato y suspira, las lágrimas se le escapan, la traicionan, ella quiere verse fuerte, pero la herida aún está abierta.
JUDAS CON PIEL DE AMIGA La mujer maya relata que la tarde del jueves 14 de julio, su hija se dirigió a la iglesia acompañada de su hermano menor. Ella se quedó y él dijo que pasaría por ella en una hora, regresó pero ya no la encontró.
El niño corrió a dar aviso a su madre; la familia se unió en la búsqueda, preguntaron a sus amigas, conocidos y nadie sabía su paradero.
"Esa y las noches que siguieron no dormimos buscándola, pensé en todas las posibilidades hasta en que pudo huir pero ni novio tenía, era una excelente estudiante con muchos sueños, quería una moto y se la acababa de comprar con mucho esfuerzo por eso no daba crédito del motivo para que huyera".
"Por instinto acudí a levantar una demanda con Ángel Mukul, agente del Ministerio Público del fuero común en Nicolás Bravo, pero percibí que este señor no me iba a ayudar, me pedía mucha información, que llevará la lista de familiares del presunto y yo sin saberlo, pensé que esa era la parte que le correspondía a él".
Añade que ante su desesperación decidió interponer la misma demanda ante la PGR "porque presentía que a mi hija se la habían llevado fuera de Quintana Roo".
Vecinos comenzaron a señalar a Luis Felipe López, "El Güicho", como responsable. "Los agentes federales empezaron a ejercer presión ante la familia de este hombre y es como me entero que la amiga de mi hija y familiar del secuestrador fue la encargada de darle algo de beber para dormirla y de ahí sacarla en una camioneta a Playa del Carmen, donde estuvo varios días, pero al ver que la PGR, la AFI y la Policía Judicial del Estado estaban cerca huyó", comenta.
Después de recorrer varias ciudades señala que su hijo encontró a través del IFE a uno de los tíos de "El Güicho", Anicasio López, "lo investigué y resulta que vivía en Villahermosa, ese mismo día viajé y unos compadres que radican ahí me llevaron al fraccionamiento donde vivía".
Al llegar al fraccionamiento alcanzó a ver al presunto responsable y llamó al procurador de Quintana Roo para informarle, el papeleo tardaba y decidió ir a la oficina regional de la PGR y explicar su caso, de inmediato agentes federales procedieron a la captura y rescataron a la menor.
Agradeció el apoyo que se le brindó, "porque en unas horas detuvieron a esta persona y rescataron a la joven a las 2:48 horas del 31 de agosto".
"A mi hija la tenía encerrada en una casa con una hamaca, le daba pan y agua, le hizo todo lo que quiso a mi pequeña", señaló.
Ahora tiene que estar constantemente en el Juzgado Segundo de lo Penal en Chetumal, donde Güicho es acusado de estupro, retención ilegal y sustracción de menores y lo que resulte. "Lo único que espero es que se haga justicia", apuntó.
DELITO RECURRENTE Delia comentó que hace cinco años, otra menor de edad en la misma comunidad fue raptada por familiares de este criminal, pero sus padres no tuvieron el valor para buscarla, investigar y demandar. Lo único que se sabe es que ocasionalmente llama a su casa por teléfono para decir "que está bien, que no la busquen".
Con este, suman dos casos de menores de 14 años de edad rescatadas por la PGR, una es de esta comunidad rural del sur de Quintana Roo liberada en Tabasco y la otra, en Playa del Carmen, donde permaneció privada de su libertad a lo largo de un año, ambas han vuelto a casa.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos comparte el estudio de la PGR de 2009 sobre la trata de personas en México, en el que ubican a Tamaulipas, Veracruz y al Estado de México como los sitios donde la delincuencia organizada de Los Zetas mantienen el control de estas redes. Pero el "foco rojo" está en los destinos turísticos de Acapulco, Puerto Vallarta y Cancún, por su proclividad a este delito de alto impacto social.
México no cuenta con cifras sobre este delito, porque ocurre en la clandestinidad, pero hay reportes de que la incidencia es muy alta, dijo Emilio Maus Ratz, director del Programa contra la Trata de la CNDH en su visita a Quintana Roo.
En México hay 17 estados que cuentan con Ley para perseguir y castigar la trata de personas, donde Quintana Roo se ubica en el décimo lugar en adoptar una ley especial a partir de diciembre de 2010.