La delincuencia es grave problema a resolver en la Comarca Lagunera; el daño a la economía regional es fácilmente comprobable: consultando las estadísticas de instalación de nuevas industrias; conociendo los casos de personas muertas, secuestradas, extorsionadas o que han dejado de residir en la localidad; observando locales comerciales vacíos; revisando la falta de empleos, por ejemplo.
Sé que hay varias causales del deterioro de la economía regional, incluyendo el descuido de las autoridades, pero uno grande, se encuentra en la inseguridad que perciben los interesados al instalarse en la región y los riesgos calculados por aquellos que pretenden hacer negocios con y entre nosotros.
Todas las causas que podamos mencionar para el caso, descansan en otra primaria: la formación de las personalidades desde la infancia, empezando con la educación en el hogar y continuando con la recibida de manera escolarizada.
No descarte la deseducación que recibimos a través de los medios de comunicación; particularmente la televisión, el cine y, en los últimos años, la Internet con sus redes sociales.
La delincuencia ha sido estudiada a través del tiempo y es una de las características negativas que reviste a los gregarios, -nosotros- en el mundo de la relación social y laboral del cada día.
Sigmund Freud, se refería a los delincuentes como: "personalidades con sentimientos de culpa", con conductas que se hayan prohibidas, las que les procuran alivio a sus sentimientos, aún antes de cometer ilícito".
Otro de los clásicos de la psicología y el psicoanálisis, Alfred Adler, afirmaba que: "la delincuencia es un sentimiento de inferioridad, versus el complejo de superioridad, despertado en la infancia por la insuficiencia del desarrollo del sentimiento de comunidad", llegando a escribir en el libro "Estructura y Prevención": "en el delincuente hay un desarrollo insuficiente del interés social".
La ausencia de padre o un castigador dominante, también puede ser una causal importante para que el futuro adolescente y/o adulto, tengan actitudes delincuenciales.
Al respecto, Anna Freud, hija del célebre Sigmund Freud, decía: "La ausencia del padre es el factor determinante en ciertos comportamientos de la juventud de tendencia antisocial".
Para Anna Freud, en nosotros existe el impulso de repetir compulsivamente los períodos anteriores de la vida, de la misma manera que experimentamos, por primera vez durante la infancia: amor, odio, rebeldía y/o sumisión, repulsión y apego.
Las formas de vida familiar y social contemporáneas, están favoreciendo el incremento de casos de niños neuróticos, afirmación que ha sido aceptada por la mayoría de los conocedores del tema.
Melanie Klein, psicoanalista, asegura que en la niñez queda la formación de personalidades antisociales y/o criminales, afirmación ratificada por Kate Friedlander, especialista en delincuencia: "La conducta delictiva resulta de una perturbación en la fuerza relativa de los tres dominios psíquicos: el Ello, el Yo y el Súper Yo".
En términos simples: la familia es el primer centro educativo para las personas, básica para perfilar las personalidades de los futuros ciudadanos.
Hay algunos principios generales para la formación de personalidades antisociales y hasta delincuentes; cada uno de nosotros podremos revisar el listado y ubicar nuestro desempeño en el hogar:
"Desde la infancia, dé a su hijo todo lo que el pida, así crecerá convencido que el mundo le pertenece; no le dé formación espiritual, que es cosa de retrógrados y espere a su mayoría de edad para que él decida por sí mismo; festéjele las malas palabras y hasta prémiele por su ingenio; no lo regañe, no sea que le forme algún complejo de inferioridad; limpie y recoja el desorden que genere, así le creara una actitud antisocial; déjele leer todo lo que quiera o chatear y navegar sin supervisión; en presencia del menor, discuta y pelee con su pareja, así sabrá de la cruda realidad de la vida; dele todo el dinero que le pida, sin enseñarle el valor del mismo y el costo que tiene medido en horas de trabajo y sacrificio; no lo limite, concédale todos sus deseos, llene sus apetitos, comodidades y placeres porque... ¡para eso tiene padres!; y sobre todo, apóyelo ciegamente en todos sus conflictos escolares y sociales, no sea que abusen de él y los profesores y vecinos lo sigan molestando".
El reclutamiento para las filas de la delincuencia, aprovecha las deficiencias en la educación de los menores del hogar; no enseñarles a tener una vida de relación ordenada y de respeto, así como aprender a darle valor verdadero al dinero y las comodidades que compra, por encima del bien personal familiar y social de fondo, los deja desprovistos de razonamiento y argumentos para renunciar al ingreso económico fácil, fórmula segura para hacerse criminales.
Le invito a reflexionar sobre el tema; tenemos mucho por hacer a favor de rescatar una vida sana y segura, como la que teníamos antes del despojo. ¿Está de acuerdo?
Ydarwich@ual.mx