Juventud. El Papa Benedicto XVI saluda a un bebé tras presidir el viacrucis con los jóvenes en la Plaza de Cibeles de la capital.
Varias organizaciones de feministas y de homosexuales del País Vasco, en el norte de España, han presentado una denuncia contra el Papa Benedicto XVI en la que solicitan su detención "en territorio español" por "encubrimiento de pederastas de forma sistemática y organizada".
Benedicto XVI llegó este jueves a España para participar hasta el próximo domingo en Madrid en la XXVI Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), a la que asisten 1.5 millones de jóvenes procedentes de 139 países.
La denuncia, registrada el pasado día 11 ante el Juzgado de Guardia de San Sebastián y a la que tuvo acceso hoy Efe, alude a los casos de pederastia ocurridos en el seno de la Iglesia Católica y recuerda que "no existe inmunidad de los jefes de Estado sobre actos que representen crímenes de lesa humanidad" .
El texto recuerda que "cualquier tribunal puede ejercer la jurisdicción universal" sobre delitos como "los actos generalizados de tortura, abusos sexuales y encubrimiento de los mismos, apología de la misoginia y la homofobia y persecución por motivos políticos, étnicos, de género o de orientación sexual".
El escrito exige a las instituciones públicas que la Iglesia Católica "deje de recibir dinero público, que a sus agentes no se les permita acercarse a los menores de edad, y que su jerarquía sea investigada por posibles crímenes contra la humanidad".
La denuncia reclama que "se proceda a la detención e ingreso en prisión sin fianza" de Joseph Ratzinger "hasta la celebración del juicio donde se dicte sentencia conforme proceda en Derecho".
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Preside el Papa el vía crucis
Portando a hombros la cruz de madera que Juan Pablo II entregó a los jóvenes en 1984 para que la llevaran por el mundo, cientos de miles de jóvenes de 193 países participaron ayer en Madrid en el Vía Crucis de la JMJ, durante el cual se rezó por los que sufren violencias y abusos sexuales.
La cruz fue llevada en cada estación por un grupo de diez jóvenes de otros tantos países donde la Iglesia sufre, bien por persecuciones, calamidades naturales, casos de pederastia, crisis económicas y otras causas. Desafiando al fuerte calor reinante, el pontífice de 84 años presidió toda la celebración, la primera vez que lo hace, y al final del rito exhortó a los jóvenes -más de 600 mil, según fuentes de la organización- a "no pasar de largo ante el sufrimiento", a la vez que les aseguró que la cruz no es el desenlace de un fracaso.