Sobre la muerte. El Gobierno cubano desmintió las acusaciones de los disidentes.
Representantes de la Asamblea de la Resistencia Cubana, formada por medio centenar de organizaciones dentro y fuera de la isla, viajaron este lunes a Washington para solicitar a diversas embajadas el apoyo a la resistencia democrática en la isla y para denunciar el asesinato del disidente Juan Wilfredo Soto.
El grupo planea reunirse esta semana con los embajadores de Hungría, Estonia y Lituania, entre otros, a los que pedirá "apoyo" para las organizaciones Frente Nacional de Resistencia Cívica y Desobediencia Civil Orlando Zapata Tamayo, en la isla.
Asimismo, aprovechará la serie de encuentros en Washington con representaciones diplomáticas internacionales para "denunciar el último asesinato político cometido por el régimen comunista este fin de semana" , indicó la Asamblea en un comunicado.
"El asesinato de Juan Wilfredo Soto, la represión continua y las golpizas contra líderes de la Resistencia, como el ex prisionero de conciencia Ángel Moya Acosta y Sara Martha Fonseca, muestran que el régimen responde con represión cada vez más feroz", señaló Sylvia Iriondo, miembro del secretariado de la Asamblea de la Resistencia Cubana. Iriondo, presidenta de Madres y Mujeres Anti-represión por Cuba (MAR), aseguró que la represión continúa "mientras la resistencia aumenta las protestas públicas a favor de la libertad". Representantes de la disidencia interna cubana denunciaron el domingo la muerte de Soto en un hospital de Santa Clara, a unos 300 kilómetros al este de La Habana, dos días después de haber recibido supuestamente una paliza por parte de agentes de la Policía en un parque de esa ciudad.
Por su parte el gobierno cubano señala que el disidente Juan Wilfredo Soto, falleció de una pancreatitis y los médicos que le atendieron desmintieron que hubiera sufrido una golpiza policial, dijo el portal oficial Cubadebate.
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