Depende del agua y del molino

Radiografía Política / Colosio, A 17 Años Engrandecer el tema de la sequía se ha convertido en un asunto cíclico para actores políticos y medios de comunicación de cara a la temporada de calor, pese a que las autoridades del Estado y federales garantizan el abasto del agua y un óptimo nivel de las presas a consecuencia de las constantes lluvias que dejó el año pasado.

De antaño, las regiones más perjudicadas de la entidad como La Laguna, el Semidesierto y Los Llanos muestran su preocupación sobre el incremento de temperaturas en marzo, uno de los meses más secos; empero, son preocupaciones inmutables que se han convertido en costumbre ante el temor de no tener un panorama seguro, puesto que el clima jamás lo ha sido.

Actualmente, 120 comunidades de 11 municipios se encuentran anotadas para recibir beneficios por los posibles estragos y algunas figuras representativas de algunos partidos y del campo también se encuentran preparadas para recibir los beneficios políticos que conlleva hacerse presentes en la materia, y "llevar agua a su molino".

Ciertamente, es atípica la falta de los 90 milímetros de lluvia que se contabilizan generalmente en los meses de diciembre a febrero, pero no puede adelantarse el término "sequía", dada la escasa cantidad de agua que representa para los índices de captación anual; es necesario esperar el comportamiento que pueda presentarse a partir de los primeros días de la temporada. Además, como cada anualidad, las autoridades conocen su trabajo y se tomarán las debidas precauciones.

Hace apenas unos meses, las agendas mediáticas se concentraban en el punto crítico de las presas, la afectación de miles de personas por las torrenciales precipitaciones pluviales y la incomunicación en diversos poblados; posteriormente fueron los efectos de las heladas -solicitud de apoyos del seguro catastrófico-; ahora la atención se vuelca sobre la posible falta del vital elemento. Es necesario recalcar que en el norte del país el clima es extremoso y las condiciones climáticas inclementes suelen presentarse.

Algunos íconos defensores del campo como Pedro Silerio, Óscar García Barrón y Heriberto Quiñones se han manifestado por la posibilidad de grandes complicaciones para el sector agropecuario por los más de 90 días sin lluvia absoluta, aunque la historia es repetitiva y los actores cada primavera también.

El mismo García Barrón ha reconocido que cada año existen dificultades de estiaje durante el primer semestre del año. Durante 2010 el panorama era similar y las lluvias frecuentes comenzaron a presentarse a finales de junio, derivando en la garantía de abasto a consecuencia de la temporada de huracanes que azotan periódicamente la zona del Pacífico como lo hiciera "Alex" el año pasado, estragos del fenómeno que tampoco pudieron pronosticarse dado lo impredecible de la misma naturaleza.

Es preciso dimensionar los hechos de acuerdo a los tiempos y hacer referencia a ciclos pasados donde las lluvias llegan a su debido tiempo y los impactos positivos o negativos deberán evaluarse en su momento por los instancias correspondientes y capacitadas.

A 17 años de la muerte de aquel líder priista de nombre Luis Donaldo Colosio Murrieta todavía en el PRI quedan secuelas difíciles de borrar. ¿Quién mató a Colosio? es la pregunta del millón.

En varios estados del país se le sigue recordando como un priista excepcional; de hecho, fue una figura indiscutible que acarreaba gente de manera espontánea. No hace mucho tiempo su propio hijo, Luis Donaldo Colosio Riojas, estalló en contra de las dirigencias priistas y sobre todo en contra de quienes dirigen las fundaciones que llevan el nombre de su padre. Textualmente dijo en su cuenta de Twitter: ¡cómo me molesta la fundación Colosio del PRI, no hacen más que explotar el nombre de mi padre por intereses personales. Hipócritas".

Fueron declaraciones fuertes que estremecieron hasta a los que no son priistas. Aquí en Durango el dirigente de esa organización, Jorge Iván Domínguez, respetó y minimizó las aseveraciones del hijo del desaparecido líder priista y prefirió ponerse a trabajar, como ayer en un panel de análisis que demuestra que tiene poder de convocatoria.

Colosio Riojas actualmente no tiene filiación partidista; dice admirar a varios priistas. Lo han señalado hasta de panista, pero él insiste en que no tiene que ver con algún partido político, ni con el que dirigió su padre desde 1988 hasta 1992. El caso Colosio sin duda es un símbolo que los priistas llevarán siempre en su interior, al igual que las fuertes declaraciones de su propio hijo.