Seguridad. La piratería es un delito en México.
esús Argandona Barrera, conocido como el Rey de la Piratería, purgó una condena en Estados Unidos, pero en México está libre.
Y no porque haya sido absuelto o por evadir a las autoridades, sino porque la PGR no lo detuvo cuando fue deportado.
De acuerdo con documentos oficiales, Argandona fue detenido en San Antonio, Texas, en octubre de 2008.
Entonces ya era conocido como el principal contrabandista de discos compactos vírgenes fabricados en China, y la acusación en su contra en territorio estadounidense señala que en cuatro años introdujo a México al menos 350 tráileres cargados con mercancía a través de "contrabando técnico", como denominan las autoridades fiscales a la triangulación de productos para evadir aranceles.
El 25 de junio de 2009, una juez federal de Laredo, Texas, lo condenó a un año de cárcel, multa de 200 mil dólares y deportación a México, luego que el acusado negoció su sentencia con la fiscalía y se declaró culpable.
Fue liberado el 19 de marzo de 2010, de acuerdo con el Buró de Prisiones estadounidense, y posteriormente deportado
Aunque en teoría las autoridades Mexicanas podían retenerlo, porque tenía iniciada la averiguación previa PGR/SIEDO/UEIORPIFAM/193/2008 en la Unidad Antilavado de la SIEDO, Argandona tuvo la suerte que no tienen otros ex convictos en Estados Unidos.
Las autoridades estadounidenses por lo regular avisan de las deportaciones por anticipado, pero según informes ministeriales, en este caso la PGR no estuvo al tanto para que fuera entregado a la SIEDO al momento de ser puesto en un puente internacional de la frontera.
En octubre pasado, la PGR publicó un edicto en el Diario Oficial de la Federación en el que exhibía que Jesús Argandona Barrera y sus allegados eran titulares de 38 cuentas bancarias y propietarios de siete inmuebles, entre los que figuran condominios de lujo en Acapulco y Santa Fe, los cuales fueron asegurados entre agosto y noviembre de 2009.
Se advertía que todos los bienes pasarán a propiedad del Estado si no eran reclamados por su dueño en un plazo de 90 días, el cual se venció el pasado 2 de enero y no existe información oficial sobre si los bienes fueron reclamados.
Jesse Thomas, dueño de una bodega de Laredo donde Argandona almacenaba los contenedores antes de enviarlos a México, confesó a autoridades de EU que entre 2004 y 2008 ayudó a su cómplice a contrabandear entre 350 y 400 tráileres cargados con discos compactos y otros artículos electrónicos.
Argandona le pagaba entre 35 mil y 42 mil dólares por cada tráiler que llegaba al DF.
"Usábamos ese dinero para ir sobornando a policías y oficiales mexicanos a lo largo de todo el trayecto hasta la Ciudad de México, con lo que mi ganancia neta por tráiler era de unos tres mil dólares", admitió.
Ambos trabajaban con Ramón Morales, un agente aduanal de Laredo, quien falsificaba documentos para liberar los contenedores de la aduana.