Fervor. Laguneros recibieron ayer reliquias del 'Papa viajero'.
Una larga caminata, incienso y música fueron el escenario para que cientos de laguneros acompañaran las reliquias del Papa Juan Pablo II ayer martes.
La visita de estos objetos representa uno de los mayores eventos en la comunidad católica lagunera, para muchos fue la oportunidad de pedir por problemas personales como una mejor economía y salud.
Sin importar el calor del sol, las distancias y los empujones, algunas personas enfermas decidieron acudir a la Catedral de Gómez Palacio ayer por la mañana.
"Me siento feliz y sana en estos momentos, no me duele nada y tengo una paz que no puedo ni describir", dijo la señora Carmen Martínez, de 67 años, luego de tocar las reliquias.
La figura que representaba a Juan Pablo II con sus vestimentas originales arribó a la Catedral de Gómez Palacio cerca de las 10 de la mañana, a la entrada ya esperaba un grupo de mujeres con diagnóstico de cáncer que lograron avanzar entre la multitud.
Mientras las reliquias se encaminaban por el pasillo hacia el altar, los rostros de la gente se transformaban, algunos cantando, llorando o intentando tocar la caja transparente que contenía la figura.
Hacia las 11 de la mañana, el obispo de Gómez Palacio, José Guadalupe Torres, hizo un anuncio que levantó a los fieles de sus asientos: "pueden formarse para tocar las reliquias".
Las filas de fieles siguieron durante toda la tarde, cada uno con una esperanza distinta.
En Lerdo
Las reliquias del Papa Juan Pablo II arribaron a Lerdo en punto de las 8 de la mañana del día de ayer, sobre la avenida Francisco Sarabia hasta la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, donde fueron recibidas por más de cuatro mil fieles. Durante su estancia, los miles de católicos llenos de fe trataron de llegar hasta las reliquias para tocarlas y depositar en ellas sus necesidades y agradecimientos. Finalmente, la camioneta partió alrededor de las 9 de la mañana.