Sorpresa tras sorpresa. El dúo puertorriqueño atendió a sus seguidores, jóvenes en su mayoría que hicieron cualquier cosa por llamar la atención de sus ídolos.
MÉXICO, DF.- Para sorprender a alguien adicto a la locura, se necesita realmente estar loco.
Eso fue lo que decidieron hacer Santiago Fernández y sus amigos en la firma de autógrafos que ofreció Calle 13 en la tienda de discos ubicada en una plaza comercial de la Ciudad de México, donde cientos de fans asistieron al llamado del Residente y su gente.
"No podíamos llegar y sólo gritarle '¡Residente!'. Sabíamos que teníamos que hacer algo diferente para llamar su atención", comentó el joven de 18 años, quien junto a sus acompañantes, dos de ellos mujeres, se despojó la ropa de la parte superior de sus cuerpos frente a la banda puertorriqueña.
La sorpresa de René Pérez, vocalista del grupo, fue tal, que aparte de aplaudir a los espontáneos se quitó su sudadera y se la regaló al chico. "Esto es increíble. En verdad no me la voy a quitar nunca. ¿Por qué hizo eso? ¡Wow! Estoy en shock", comentó minutos después a quien sus amigos llaman Santi.
LA ESPERA VALE LA PENA Los afortunados llegaron desde las 14:00 horas y fueron parte de las más de 300 personas que acudieron al llamado de la agrupación boricua, que regaló autógrafos y fotografías con motivo del lanzamiento de su álbum "Entren los que Quieran", según los críticos, el más completo de su discografía.
Antes, el cantante se mostró complacido por la respuesta del público, quien había hecho largas filas para verlos: "esto es lo mejor de todo, porque para ellos son nuestras canciones y estar aquí es para devolver un poco de lo bien que nos han tratado siempre", dijo el extrovertido intérprete, quien ratificó no importarle ser censurado en algunos países o localidades donde su música ha sido sacada de las estaciones de radio por subversiva.
Lejos del caos y en el orden que guardaba la valla donde esperaban los seguidores de la banda, un par de vendedores ambulantes aprovechaba para ofrecer ropa, accesorios y DVD piratas.