Desbordan emociones y mucho rock
Por más de cinco horas el estacionamiento del Territorio Santos Modelo fue el escenario de un maratón rockero que dejó satisfechos a más de 25 mil personas, quienes desde las 17: 00 horas abarrotaron el lugar.
En esta segunda edición del Corona Fest en Torreón los asistentes pudieron disfrutar de un buffet musical que fue desde el ska de Maldita Vecindad y Panteón Rococó, hasta la música electrónica de Kinky, el fino pop de los chilenos Los Bunkers y el ecléctico sonido de Los Amigos Invisibles.
Nuevamente el Corona Fest demostró que los jóvenes laguneros están deseosos de recuperar los espacios públicos y que son capaces de convivir con el otro en armonía teniendo como música de fondo buenas canciones de rock.
Los primeros en saltar al escenario fueron los chilenos de Los Bunkers, quienes poco después de las 19:00 horas comenzaron con su rock pop que lo mismo combina elementos de los 60's con sonidos folclóricos característicos de su país de origen.
El quinteto incluyó en su presentación temas de su más reciente disco Música Libre, el cual fuera grabado en México y producido por Meme el tecladista de Café Tacvba. En este disco el grupo realiza un tributo a Silvio Rodríguez, por lo que ayer fue posible escuchar en versión rock temas clásicos del cantautor como "Quien fuera".
Por espacio de 40 minutos el grupo liderado por el guitarrista y vocalista Álvaro López descargó su rock dejando una buena sensación a los laguneros. Entre los temas más coreados estuvieron Una Nube Cuelga sobre Mí y el cover de los Ángeles Negros que lleva por nombre Y Volveré.
SU MÚSICA SE HACE VISIBLE
El segundo grupo en aparecer tras breves minutos de espera fueron los venezolanos de Los Amigos Invisibles quienes con 20 años de carrera a cuestas por primera vez tocaron en Torreón. El sexteto interpretó sus temas más conocidos como Ponerte en Cuatro y Mentiras.
Con un sonido bailable donde se mezclan sonidos de la música disco, el acid jazz y el funk con diversos ritmos latinos, Los Amigos Invisibles dejaron constancia de su calidad y el por qué han sido elogiados por el ex Talking Head, David Byrne.
LLEGA KINKY
Ya con un ambiente bastante cálido, tanto por el calor propio de la región así como por los brincos característicos del slam, salieron al escenario los regiomontanos de Kinky quienes terminaron de convertir el estacionamiento del TSM en una verdadera pista de baile.
Temas ya clásicos como A Dónde van los Muertos y Hasta Quemarnos, fueron interpretados con maestría por la banda regiomontana que desprende gran energía sobre el escenario.
La mezcla de géneros de Kinky, que incluye rock, música electrónica e instrumentos del folclor norteño, atrapó a los laguneros que despidieron con una gran ovación a la banda comandada por Gil Cerezo.
Tras una breve pausa y teniendo a la luna como testigo de que la noche era larga, apareció en el escenario el Panteón Rococó quien con su energético ska provocó que el cansancio desapareciera y todos se pusieran a brincar al ritmo de los metales.
Panteón Rococó supo recetar la Dosis Perfecta para Curar, al mismo tiempo que con ellos llegaron los mensajes políticos a favor de la resistencia y en contra de los partidos que actualmente están en el poder en México. Fue con su tema de La Carencia que el Panteón llevó a sus seguidores al éxtasis.
¡ESE MI PACHUCHOTE!
Después de cuatro horas de rock tocó el turno de La Maldita Vecindad, agrupación legendaria que fue de las primeras en llevar el rock mexicano a diferentes escenarios y medios de comunicación y que dedicó su actuación a quien fuera líder de Santa Sabina, Rita Guerrero.
Con su clásico rock donde lo mismo convergen las influencias de Tin Tan con el punk, la agrupación comandada por Roco convirtió el TSM en un círculo de paz y de baile donde Pachucho, Don Palabras y el Circo, obligaron a todos a brincar, pero los brincos sin duda fueron más altos con Un Poco de Sangre donde las consignas contra la pobreza y las injusticias sociales provocaron un rotundo "ya basta" de Roco.
Así llegaron los primeros acordes de Kumbala provocando que los enamorados se robaran un beso mientras otros veían la luna.
Al final más de cinco horas de rock en una segunda edición del Corona Fest que dejó a los asistentes satisfechos después de ver un concierto de gran calidad donde todos se unieron bajo el ritmo de la música para por lo menos durante unas horas olvidarse de todos los problemas que hay en el país.
