Despedida. Se llevó a cabo un homenaje a Héctor Mendoza en el Palacio de las Bellas Artes, su hijo Hernán Mendoza y Consuelo Sáizar, directora de Conaculta.
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México, df.- El féretro con el cuerpo del maestro Héctor Mendoza fue recibido ayer a las 3:50 de la tarde en el máximo recinto cultural de México donde recibió el aplauso de varios centenares de personas.
"La irrupción de Mendoza en el teatro mexicano provocó la modernización de éste. La estética teatral de Mendoza hizo que nuestro teatro alcanzara la modernidad, él fue el propositor del concepto del teatro como puesta en escena. Un concepto que en su momento para México era ponerlo al día de las grandes búsquedas, vanguardias y actualizaciones del teatro de nuestra era", expresó De Tavira.
De Tavira destacó que Mendoza fue un amigo entrañable, un hombre de teatro íntegro que fue todo lo que el teatro le pidió. En nombre de la Compañía Nacional de Teatro, el INBA y Conaculta, De Tavira señaló que al maestro Héctor Mendoza se le rendirá un homenaje nacional en los meses venideros.
"Nada que fuera propio del teatro le fue ajeno a Héctor Mendoza. Fue así un importante dramaturgo, el primer director moderno de México, un maestro de actuación fundamental que formó generaciones de actores que pueblan los escenarios teatrales, pero también los sets de la televisión y el cine", expresó De Tavira.
La presidenta de Conaculta, Consuelo Sáizar, expresó sentirse muy afectada por la muerte del maestro Mendoza. "Lo vi recientemente en octubre, tuvimos una comida, platicamos largo y le pregunté por su salud. "La verdad es que lo vi muy bien, lo vi muy entero; yo pensé que lo tendríamos muchos años más; fue un director excepcional, un hombre que yo vi trabajar de manera cercana.
"Creo que el nivel teatral de nuestro país es realmente enorme y en mucho es gracias al gran trabajo realizado por Héctor Mendoza. Que era un hombre de una generosidad sólo comparable a su talento que fue capaz de armar generaciones de actores completísimas", expuso Consuelo Sáizar.
La muerte de Mendoza -dijo-, se suma a una cadena de ausencias en este año, uno de los más negros en el panorama de las letras, del teatro, de la música.
Nacido en Apaseo, Guanajuato, el 10 de julio de 1932, al dramaturgo le sobreviven dos hijos, Rodrigo y Hernán Mendoza, quien estuvo presente en la agencia funeraria de Miguel Ángel de Quevedo y recibió las condolencias de decenas de artistas teatrales, compañeros de trabajo y amistades que su padre cultivó a lo largo de su vida.