Miles de argentinos se sumaron hoy al cortejo fúnebre que acompañó el entierro de Candela Rodríguez, una niña de 11 años que fue secuestrada y descuartizada. (EFE)
Miles de argentinos se sumaron hoy al cortejo fúnebre que acompañó el entierro de Candela Rodríguez, una niña de 11 años que fue secuestrada y descuartizada, cuyo caso mantiene conmocionado a este país sudamericano.
La madre de la menor, Carola Labrador, encabezó este jueves el cortejo que siguió el ataúd con el cuerpo de la niña desde la casa donde fue velada durante toda la noche hasta el cementerio.
A paso lento, vecinos, familiares, amigos y periodistas avanzaron por las calles de la localidad bonaerense de Hurlingham, donde hace 10 días Candela fue reportada como desaparecida.
Desde ese lunes 22 de agosto, el caso de la niña fue cobrando notoriedad pública e incluso la madre fue recibida por la presidenta Cristina Fernández, quien se comprometió a luchar por encontrarla.
La aparición de Candela ya se había convertido en una causa nacional, cuando el pasado miércoles se confirmó el hallazgo del cuerpo de la menor descuartizado y colocado en tres bolsas de basura en un terreno baldío.
Aunque la Policía continúa con las investigaciones del caso, se cree que el asesinato podría haber sido una venganza de un grupo de delincuentes contra el padre de la niña, Alfredo Rodríguez, quien está preso por robo.
De hecho, al hombre se le permitió salir durante algunas horas del penal para poder acudir al velorio de la niña y, al declarar ante los investigadores, volvió a negar que tuviera algún enemigo capaz de matar a su hija en represalia por algún robo.
Las cadenas de radio y televisión interrumpieron desde la víspera sus programaciones normales para reportar de manera pormenorizada toda la información relacionada con un caso que ha desatado una gran indignación social.
El clima de linchamiento ya alcanzó incluso a los padres, quienes han sido señalados por su presunta responsabilidad en el asesinato de la niña.
Durante el cortejo fúnebre, algunas personas le reclamaron a gritos a la madre de Candela por negarse a pagar el dinero que supuestamente le pidieron para liberar a la menor, aunque ello es sólo una versión periodística que no ha sido comprobada.
Además, los familiares de Candela fueron excluidos de la marcha multitudinaria que realizaron los vecinos en Hurlingham para exigir juicio y castigo a los culpables del secuestro y asesinato de la niña.
