Felipe Calderón dirigió ayer un mensaje al país en medio de la más grave crisis de seguridad que hemos vivido los mexicanos en los últimos tiempos, con indicadores que después de cinco años de guerra contra el narcotráfico no mejoran y sin embargo, con el mismo discurso que le hemos escuchado en los cuatro informes pasados.
Del monólogo presidencial de ayer, tal vez lo más importante es lo que sigue:
1) El futuro de Marcelo Ebrard: Por primera vez en los casi cinco años que lleva el gobierno de Felipe Calderón, el jefe de gobierno de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard, estrechó públicamente la mano del presidente Calderón. Si bien es cierto, que ambos políticos ya habían coincidido en varios eventos anteriormente, esta es la primera vez que Ebrard llega a un evento antes que el presidente Calderón y que por protocolo estrecha la mano de éste. Ese gesto está cargado de una enorme carga simbólica. Hace cinco años, Calderón empezó su Presidencia, sin el respaldo ni el reconocimiento del Partido de la Revolución Democrática, y en específico de Andrés Manuel López Obrador y del mismo Marcelo Ebrard. Hoy el escenario ha cambiado y Ebrard, en un gesto republicano y democrático que ya está siendo duramente criticado por los sectores más afines a López Obrador, se dejó fotografiar con un presidente al que en teoría no ha reconocido. Si ya antes a Ebrard se le complicaba la candidatura presidencial del PRD, por las aspiraciones de AMLO, ahora el escenario se le ha complicado aún más entre los sectores que existen en la izquierda perredista y que ya han acusado a Ebrard de "traidor". Por demás, pese a los resultados de su gobierno en la Ciudad de México, pese a la agenda progresista que ha empujado, Ebrard no logra levantarse en las encuestas. Inevitable preguntarse si realmente Ebrard quiere ser presidente en el 2012 o si está esperando al 2018. Inevitable preguntarse si el saludo a Calderón no es un guiño a quienes aún ven posible un candidato presidencial del PAN-PRD para frenar a Peña Nieto. Inevitable preguntarse qué es lo que quiere Marcelo.
2) Inseguridad mata resultados: Lo dijo el mismo Felipe Calderón, los avances en construcción de infraestructura, la casi cobertura universal médica, la estabilidad macroeconómica pese a la crisis mundial, todo palidece ante el tema de la inseguridad que se vive en el país. Al gobierno calderonista le queda sólo un año para tratar de demostrar que el presidente dejará un legado en esos avances y no un legado de sangre, de abuso a los derechos humanos, de más de 50 mil muertos y de los escándalos que se vayan juntando en los siguientes meses. ¿Cómo podrá hacer un presidente cuya popularidad va a la baja y que tiene ya sólo un año de gobierno para revertir esa percepción pública? Si éste ha sido ya el sexenio de los spots presidenciales, en los últimos años de su gobierno, la publicidad oficial seguramente aumentará. El gobierno de Calderón será uno de mercadotecnia cuya misión será la de mejorar la imagen de México en el mundo y mejorar la imagen del presidente saliente en el país. Será el paraíso para las televisoras y para las agencias de relaciones públicas, de imagen y mercadotecnia política.
3) El año más complicado viene: En las semanas próximas, la pelea por la candidatura presidencial panista -básicamente ya un duelo entre la diputada Josefina Vázquez Mota y el secretario Ernesto Cordero, aunque aún el gobernador Emilio González siga creyéndose en la jugada- contaminará el escenario político. Calderón tendrá que resistir los ataques a su secretario Cordero y la presión para que el encargado de las finanzas del país renuncie a su cargo para buscar la candidatura presidencial. De igual manera, la definición de las candidaturas presidenciales del PRI y del PRD golpeará la imagen presidencial. Si la popularidad de Calderón sigue en picada, los precandidatos tendrán todos los incentivos para atacar a su gobierno. Lo mismo pasará con el Congreso y sus diputados que ante la ausencia de la posibilidad de reelección, su trabajo en los próximos 12 meses será el de encontrar su siguiente ocupación, en lugar de votar las reformas que están aún pendientes.
Politólogo e internacionalista
Twitter: @genarolozano