Alegre visita. Viajó desde Ciudad Juárez para visitar a sus padres y su pequeña hija, sepultados en Lerdo.
Desde hace 18 años acude al panteón para visitar a sus familiares. En el llamado cementerio de los pobres, se encontraba un hombre solitario y triste, que al pie de dos tumbas, derramaba sus lágrimas en compañía únicamente de tres músicos norteños que interpretaban "Amor Eterno".
Con los acordes del conjunto norteño, él recordaba el momento en que perdió a cada uno de sus tres familiares, a los cuales visita año con año en este lugar, viajando por más de 10 horas y recorriendo más de 800 kilómetros para reunirse con ellos.
Juan Aldama nació en La Laguna, pero tiene 20 años radicando en Ciudad Juárez, Chihuahua, y cada Día de Muertos regresa a visitar a sus padres, de quien todavía no puede superar la pérdida, al igual que la de su pequeña hija a la que perdió cuando tenía seis meses de edad.
"Todos los años vengo a veces con mi esposa y mis demás hijos, pero ahora vine solo, me acompañan unos sobrinitos", señaló.
Su madre falleció cuado tenía solamente 48 años de edad, fue un golpe muy duro y es por eso que él viene siempre a recordarla y a demostrarle los irreparable que fue su pérdida; Zenaida Rodríguez Cárdenas se fue en el año de 1994, dejando a Juan únicamente con su señor padre.
Sin embargo, Don Juan Aldama, su papá, también fallece, pero varios años después y fue sepultado en el campo santo de Ciudad Lerdo este mismo año, suceso que revivió en Juan la muerte de su madre y que fue para él muy doloroso.
Pero lo más difícil que Juan platicó entre lágrimas, recuerdos y las notas musicales en este Día de Muertos, fue la experiencia de haber perdido a su pequeña.
Mildred Stibaliz Aldama López se encuentra sepultada en una pequeña tumba al lado de sus dos abuelos paternos, y dejó a sus padres a los seis meses de vida.