EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

Diálogo

Diálogo

YAMIL DARWICH

Las especiales condiciones del país, en cuestiones de seguridad social, han llegado a niveles en que empezamos a observar reacciones del ciudadano común, que agredido y mal atendido busca el camino de solución, por sí solo.

Es una lástima descubrir que las autoridades de todos los niveles sólo actúan bajo presión y eso, en sí, es una lección que debemos aprender.

El senador José González Morfín dijo: "Quiero destacar la cualidad y la apertura del poeta Sicilia y las organizaciones que lo acompañan". Por su parte, José Narro Robles Rector de la UNAM, comentó: "Nadie puede estar tranquilo cuando esto que hemos vivido ha costado muchas vidas..."

Javier Sicilia, cabeza del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, confrontó al presidente Calderón, haciéndole ver la importancia de reconocer la corrupción y la ineficiencia del sistema político mexicano, para detener la violencia y el consecuente deterioro nacional; alguien más, le aplicó el mote de "Presidente de los cuarenta mil muertos", mismo que Calderón rechazó aseverando: "yo no maté a los familiares de ustedes", aunque a solicitud de las partes, aceptó pedir perdón por no poder contener la violencia que nos lacera constantemente.

El Poder Judicial, continúa aportando al problema, al permitir la impunidad de políticos y religiosos, además de sicarios y narcojefes. Comprendo que la ley debe aplicarse por encima de todo, pero cuando rebasa los principios morales, la verdad evidente y el bien social, sin duda, está desintonizada con la realidad.

Mención aparte merece la corrupción e ineficiencia que permite "huecos de oportunidad" para violarla, como decían los profes de antes: "viva el programa aunque el estudiante muera", que bien podría adaptarse a: "viva la norma aunque el ciudadano muera".

Los cuerpos de seguridad "se cuecen aparte". Insuficientemente equipados, incapaces por mal entrenamiento, amenazados y muchos de ellos corrompidos, también contribuyen al caos social.

La política mexicana está "a punto de morir", parodiando a Nietzsche, que dijo: "Dios ha muerto" y en la realidad nacional, todos tenemos la percepción de que los partidos están más dedicados a "cuidar lo ¿suyo?", que atender a sus mandatarios: ¡nosotros!

Al respecto, tenemos un excelente ejemplo en nuestra región; Hoy día, es más importante sumar votos, aunque los paguemos a crédito con las tarjetas de ayuda, que resolver problemas sociales de interés general.

Nosotros, los ciudadanos, tampoco quedamos fuera de la responsabilidad; no podemos escudarnos en decir "y yo ...¿qué puedo hacer?" y por cualquier justificación, como el calor agobiante, liberarnos y dejar de atender nuestras responsabilidades civiles.

Los tiempos y el ambiente social recuerdan a los vividos de antaño, cuando la marcada inconformidad favoreció movimientos nacionales como la revolución o la propia independencia nacional.

En una y otra hubo actitudes similares: la clase socioeconómica alta insensible y los políticos paralizados, sin respuesta; empleadores y sus trabajadores inconformes; el pueblo agraviado y ofendido, ansioso de vivir mejor; las fuerzas de seguridad, cada día más desacreditadas, incrementando el número de soldados fuera del cuartel.

Los religiosos "exigiendo justicia", cuando por sus malos desempeños dejan de ofrecer, al menos, consuelo. Juan Sandoval Íñiguez, cardenal de Guadalajara declara: "la corrupción en el gobierno así como en la sociedad daña a la juventud orillándola a formar parte de las actividades del crimen organizado", gran verdad en la que debería incluirse con algunos de sus colaboradores.

En medio de todo el caos entre los poderes de la nación; más acusaciones y desaprobaciones de todos contra todos, sin aplicar los medios para contener o contenerse y buscar soluciones, por deber cumplir compromisos ineludibles.

Ya hace años, México, debió defenderse de las acusaciones de "Estado Fallido", que tanto nos cuestan en términos de alternativas de desarrollo y calidad de vida social; aún con esa llamada de atención, seguimos sin reacción.

Hoy aparecen líderes de opinión y de acción que provienen de la sociedad, directamente, sin intervención partidista y todos dejamos de darles verdadero apoyo y atención.

No son tiempos de revoluciones armadas, pero sí de intelectuales que muevan a la conciencia ciudadana y por sí mismos busquemos el cambio de incertidumbre.

Esta es, como en el teatro, "Segunda llamada", que espero nos sirva de advertencia para ponernos a trabajar en ese cambio, buscando aportar nuestro esfuerzo en la medida de las posibilidades.

En esto no hay "recetas de cocina", pero sí podemos identificar varias pequeñas acciones que podemos hacer, entre ellas: que hagamos efectivo nuestro principal argumento y vayamos a votar, por quien usted quiera, pero hacerlo; ¿otra más?: participe en agrupaciones sociales, con su trabajo las fortalecerá y podremos tener bases de fuerza ciudadana por ser oídos y atendidos.

Recuerde que en la filosofía de vida entre los habitantes del extremo oriente de nuestro planeta, pregonan y nos han enseñado a pensar que: "las crisis son tiempos de oportunidades". Qué dice, ¿las aprovechamos?

ydarwich@ual.mx

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 639032

elsiglo.mx