Francia estaba dividida ayer luego de la primera presentación pública del ex director del FMI Dominique Strauss-Kahn desde su arresto el 14 de mayo por acusaciones de agresión sexual en un hotel en Nueva York.
En lo único en lo que la clase política francesa estaba de acuerdo era en que no habrá un pronto retorno para el hombre que había sido considerado un fuerte candidato a la Presidencia francesa antes del estallido del escándalo. Incluso algunos correligionarios en el Partido Socialista dicen que es hora de seguir adelante sin él. Strauss-Kahn le dijo a la televisora TF1 el domingo por la noche que su encuentro con la mucama del hotel Sofitel Nafissatou Diallo fue una "falla moral" que él lamenta profundamente, pero insistió en que no hubo violencia. Los cargos en su contra en Nueva York fueron retirados por la fiscalía, pero Strauss-Kahn confirmó que la repercusión del caso lo dejó fuera de la contienda presidencial de 2012.
Rivales políticos y abogados de Diallo criticaron a Strauss-Kahn por no ofrecer su explicación de lo sucedido en el hotel en donde la mucama -que lo acusó de agredirla sexualmente- dice que fue atacada por el político francés cuando fue a limpiar la habitación. "Queremos recibirle en nuestras oficinas y hacerle las preguntas que la reportera no le hizo", dijeron los abogados de Diallo Kenneth Thompson y Douglas Wigdor a en una declaración escrita tras la presentación televisiva de Strauss-Kahn. Los abogados dijeron que se trató de una "treta desesperada" para conseguir simpatía pública.