"Cuando alguien comete una tremenda necedad, dice siempre que la hace por los más nobles motivos."
Óscar Wilde
El tema nunca fue el delfín. De haberlo sido, las organizaciones ambientalistas que promovieron las barreras al atún mexicano en Estados Unidos habrían celebrado la dramática disminución en la mortandad de delfines.
El número de delfines muertos por lance de la flota mexicana pasó, según Sagarpa, de 15 en 1986 a 0.16 en 2001. Los voceros de la industria pesquera mexicana afirman, de hecho, que la mortandad actual es virtualmente nula.
La muerte de delfines, sin embargo, no parece ser ya la preocupación de Earth Island Institute de California y sus aliados. Estos grupos señalan que la flota mexicana pesca un tipo de atún usualmente asociado a delfines, lo cual es inevitable porque es el que se encuentra en aguas mexicanas, y utiliza para ello redes de cerco. Aunque no haya mortandad, argumentan, los delfines pueden sentirse "angustiados".
Los esfuerzos por prohibir el atún mexicano en Estados Unidos datan de hace décadas. El conflicto empezó cuando México, con otras naciones, estableció un mar territorial de 200 millas en 1976, el cual impedía a la flota atunera del sur de California pescar, como siempre lo había hecho, en la plataforma continental mexicana. La primera prohibición, en la década de 1980, fue consecuencia directa de esa acción. La flota atunera nacional quedó devastada.
Después de que el gobierno estadounidense aceptó y aplicó también el límite de las 200 millas, se vio obligado a eliminar el embargo, pero éste pronto fue sustituido por otro cuyo supuesto propósito era la protección de los delfines. Earth Island estableció la etiqueta Dolphin Safe y presionó a las tres mayores comercializadoras de atún en los Estados Unidos, Starkist, Bumblebee y Chicken of the Sea, a que se negaran a comprar atún mexicano al que no concedían este sello.
México y los países signatarios del Acuerdo sobre el Programa Internacional para la Conservación del Delfín (APICD) promovieron otra etiqueta, Dolphin Safe APICD, que certificaba una mortandad virtualmente nula de delfines en la pesca de atún. Sin embargo, el Congreso de Estados Unidos emitió legislación que le daba a Earth Island el monopolio de la designación Dolphin Safe. Ésta fue la medida que cuestionó México ante la Organización Mundial de Comercio (OMC). En 2008 se iniciaron las consultas internacionales sobre el tema y en 2009 México pidió el establecimiento de un panel arbitral, el cual anunció su decisión este 15 de septiembre.
El panel no aceptó el argumento mexicano de que los requisitos para el Dolphin Safe son discriminatorios para nuestro país, pero sí señaló que representan un obstáculo "innecesario" para el comercio. Reconoció como legítimos los objetivos del gobierno estadounidense de que el etiquetado no engañe a los consumidores sobre el posible daño a delfines y que contribuya a la protección de estos mamíferos. Pero añadió que el etiquetado en Estados Unidos sólo ayuda "parcialmente" a este propósito y que México demostró que hay formas menos dañinas al comercio internacional para lograrlo.
El gobierno de los Estados Unidos está considerando la posibilidad de apelar el fallo y se prevé que Earth Island y otros grupos organicen boicots de distribuidores o supermercados que se atrevan a ofrecer atún mexicano. Para los pescadores mexicanos, la posibilidad de eliminar el embargo es muy importante; la flota mexicana es competitiva y su potencial de exportación podría multiplicarse por cuatro. Para los delfines, me imagino, la disputa es indiferente; la mortandad que sufrían ha quedado eliminada. Lo que hoy se ventila en los tribunales de arbitraje es simple política humana.
PUBLICIDAD POLÍTICA
Con la supuesta prohibición para que los políticos se hagan publicidad, hoy usan más que nunca sus informes para ello. Al final la ley electoral de 2007 simplemente creó un sistema más injusto y oscuro.
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