En relación a los mercados de valores, la bolsa trae buena perspectiva para este año que comienza en tanto se detecta una perspectiva de crecimiento mundial y doméstico, pero bueno, el tema de hoy no son precisamente los mercados o la economía, pero sí tiene que ver sobre todo con esta última y el tema es "la política, qué buen negocio", hasta el título da pena.
Siempre hablar de política es un tema escabroso, y hay mucha divergencia de opiniones y sin afán de hacerle al politólogo o analista en estas lides -que no lo soy- daré puntos de vista como el más común de los mortales.
Hay que entender la política como el conjunto de acciones de parte de un conjunto de gente para lograr el bienestar de sus gobernados. Y como se entiende el bienestar, es algo así como una combinación entre crecimiento y desarrollo. En este sentido el crecimiento tiene que ver con el empleo y el ingreso de la gente y el desarrollo con los niveles de vida que implica que se tenga acceso a buenos niveles de salud, educación, infraestructura, equipamiento urbano, medio ambiente etc., todo lo cual es como se traduce el bienestar de la población.
Considero que una de las cuestiones por las cuales los políticos en cualquier instancia en este país han mermado su popularidad es, sin afán de satanizar, por un lado por la percepción de la población en cuanto a corrupción e impunidad se refiere y por otro lado por quienes aprovechan sus puestos haciendo descaradamente del mismo el "gran negocio". Y con esto, paralelamente no se "salpique" el pueblo de bienestar.
Obviamente el negocio de la política está directamente relacionado con el famoso "diezmo" o "moche" que piden muchos , ya sea por la "agilización" de la tramitología burocrática, o por ejemplo simplemente por el otorgamiento o concesión de trabajos u obra a proveedores privados quienes desafortunadamente o afortunadamente tienen que pasar por el calvario de quienes corrompen el recurso público.
Pero también se puede interpretar como un buen negocio el hecho de que gente como los diputados sobre todo los plurinominales o senadores o los propios congresistas se vean beneficiados con sueldazos, con grandes prestaciones, con bonos, con "premios", o por tener representaciones o con viajes o por trabajar poco por parte de algunos o de muchos, o por oponerse nada más por oponerse a iniciativas buenas para México que lance cualquier partido o el propio ejecutivo. En fin, también se sabe de "los aviadores", que por la buena relación con un político pueden aprovechar estar en una nómina sin justificar su "chamba".
O simplemente, el colmo, que los mexicanos hemos visto por televisión con escándalos como el de Bejarano, el del "Gober precioso", el del "Niño verde" o últimamente la conversación de una senadora y un candidato al gobierno de Guerrero, que es por demás nefasta, o la relación que pudieran tener algunos con el crimen organizado. En todo esto que hemos visto simplemente se refleja "negocio" . Imagine usted cuántos y cuántos casos no habrá de este tipo entre nuestros políticos o entre nuestros gobernantes, y a ultranza todo gira en torno al interés económico personal.
Hay también que comentar y reconocer que hay y ha habido políticos y gobernantes honorables y que implementan realmente la política, y que saben de ideología, y saben de administración pública y que saben de leyes y de economía y de sociología. Para todos ellos, simplemente "nos quitamos el sombrero". La pregunta aquí es ¿cuántos habrá de éstos? Serán muchos, serán pocos juzgue usted mismo acorde a su percepción. Pero sin duda sí hay y para ellos nuestro respeto pues la Política bien llevada y de carrera es una gran ciencia.
Si tratamos de relacionar todo esto del negocio de la política con la economía, imagínese que todos o gran parte de los recursos que representa y que son parte de la economía subterránea se destinen al verdadero bienestar de la población, vía un gasto público bien implementado y que es parte importante de la demanda agregada cuyo efecto multiplicador siempre coadyuva con el desarrollo y con el crecimiento, éste simplemente sería otro país, pero claro, esto prácticamente es imposible de evitar e incluso son prácticas que se dan alrededor del mundo. No obstante a lo mejor se pueden hacer cosas para que se baje o merme el monto del "bussiness" de muchos políticos o gobernantes.
Sin duda, se han implementado buenas acciones que se traducen en buenos avances en esta materia por ejemplo con la Ley de transparencia o las gestiones de la secretaría de la contraloría y otras tantas de supervisión y control intragubernamental, pero desgraciadamente la percepción del ciudadano considero, es que muchos se la siguen arreglando para aprovecharse bien de su puesto y como éstos duran tres o cuatro o seis años, pues "aprovechate Matías...".
Pero ¿qué se puede hacer para mejorar en este sentido? Creo que de entrada se puede endurecer la ley para que se transparente más la aplicación de los recursos y que se meta muchos años a la cárcel a quienes los corrompen, para que los demás que quieran hacer el "negocio descarado" le piensen; También por ejemplo para quienes aspiran a una diputación o senaduría deben de ser mexicanos de carrera política, que tengan conocimientos, aunque sea básicos en administración pública, en leyes, en historia de México, en economía y en sociología, y para ser aspirante se le debe de poner un examen, (como se hace en el servicio exterior mexicano y muy bien) o debe de haber una especie de certificación, al igual a quien aspira a ser presidente, o gobernador o alcalde, debe de ser gente preparada en su quehacer político, social y económico. Es decir entre más preparados estén nuestros políticos menos corrupción o negocios veremos los ciudadanos. Y si se observa por parte de la ciudadanía de un político digno, honorable y que se vea claramente que sus acciones coadyuvaron al bienestar de la población, que haya, ¿por qué no? la reelección.
También ¿por qué no?, poner por ley consejos ciudadanos honorables principalmente en el seno de las presidencias municipales que sean vigilantes y supervisores en la aplicación de los recursos públicos. En fin debe de haber tantas y tantas ideas para que la política y sus acciones mejoren en este país, y para que sea una práctica a la que nuestros jóvenes aspiren a una verdadera profesión , sin pensar en aspirar a un puesto sólo para hacer coyunturalmente un buen negocio.
¿No creer usted?, o estoy soñando...¡hasta la próxima!
