Arizona aplicó hoy la pena de muerte mediante inyección letal al reo afroamericano Erik John King, por el homicidio en 1989 de dos hombres en una tienda de Phoenix durante un robo que le dejó como botín 73 dólares.
King, de 47 años, fue declarado muerto a las 10:22 horas locales (17:22 horas GMT) dos horas después de que la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos declinara aceptar la última apelación interpuesta por sus abogados.
La ejecución de King es la segunda realizada en Arizona en los últimos seis meses, al reanudarse la aplicación de la pena de muerte en esta entidad tras una pausa involuntaria de casi 11 años.
King fue sentenciado a la pena de muerte en 1991 cuando Arizona utilizaba aún la cámara de gas como método de ejecución, que fue abandonado por esta entidad en 1992 al adoptarse la inyección letal.
Sin embargo a quienes fueron sentenciados antes de 1992 se les da aún a escoger entre uno y otro método para morir. King prefirió el de la inyección letal.
El reo fue uno de los 12 hijos de una familia afroamericana pobre del sur de Phoenix, quien comenzó a experimentar con las drogas y el alcohol cuando apenas tenía nueve años.
King abandonó su hogar a los 15 y para cuando tenía 18 años, ya había sido declarado culpable de violación y sentenciado a siete años de cárcel.
Cuando cometió el doble homicidio tenía sólo cuatro meses de haber salido de una prisión.
La noche del 27 de diciembre de 1989, King, entonces de 26 años, fue junto con su viejo amigo Michael Jones a una tienda a comprar vino en Phoenix.
Pero en lugar de realizar la compra, King decidió robar el establecimiento y disparar y matar al empleado del lugar, Ronald Barman, de 46 años y al guardia de seguridad, Richard Butts, de 61 años.
Jones se mantuvo fuera del establecimiento y ninguna otra persona atestiguó los hechos.
Dos cámaras de video instaladas en la tienda captaron el homicidio de Barman, quien antes de morir pidió llamar al número de emergencia 911 para pedir ayuda.
Un agente de policía que acudió en respuesta a la llamada vio a King y a Jones caminando por la calle cerca del sitio y trató de detenerlos. King corrió pero Jones no lo hizo.
Al ser detenido Jones declaró desconocer a King, pero luego colaboró con las autoridades y aunque inicialmente fue acusado de cómplice, él sostuvo que estaba borracho esa noche y responsabilizó a su amigo como el único autor de los homicidios.
Tras testificar en el juicio contra King, todos los cargos en su contra fueron retirados.