Gómez Palacio y Lerdo Violencia Gómez Palacio Buen Fin Gómez Palacio

EL CIUDADANO

RAMÓN I. GONZÁLEZ GONZÁLEZ

¡Muera el mal gobierno! Saqueado y explotado el pueblo, hace 200 años el cura Hidalgo unió la angustia y acción de rebeldía del mexicano buscando su independencia de España. Luego de 100 años el coahuilense Francisco I. Madero llamó al levantamiento armado para derrocar al gobierno de la opresión y sumisión....

...sumándose habitantes de la naciente Comarca Lagunera, realizando en Gómez Palacio sus primeras acciones, pero esta vez no se peleaba con los colonizadores, sino mexicanos contra mexicanos. Cerca de 50 años después, principalmente en Ciudad de México, muchos jóvenes laguneros participaron en la búsqueda de su expresión e identidad, eran luchas sociales y estudiantiles. Tal parece que en nuestro país las rebeldías e inconformidades son cíclicas, en periodos de 50 y 100 años. Pero, ¡tranquilos gomezpalatinos!, esto no es un llamado a tomar las armas y sublevarnos, pero sí a preguntarnos ¿dónde se ubica Gómez Palacio en el contexto de Durango? Y respecto al municipio: ¿confiamos en ellos?, ¿existe participación e identidad con la sociedad?, ¿hay honestidad, transparencia y rendición de cuentas?

Concebidos en el gobierno de Francisco Gómez Palacio, a principios de los años 80 del siglo XIX, nacimos con la tutoría de Lerdo durante el mandato del General Juan Manuel Flores, solicitándole ser reconocidos con el nombre de Gómez Palacio. En 1905, con Esteban Fernández como gobernador, en la definición de la estructura geopolítica del estado de Durango (decreto 60), por primera vez fuimos reconocidos como Municipio de Gómez Palacio. Desde entonces, como el hijo huérfano, crecimos independientes y nos desarrollamos como una comunidad industrial pujante, trabajadora y unida, con el sello del esfuerzo, basado en la calidad y el liderazgo. Parodiando un cuento infantil trágico con final feliz, somos el hijo obediente de familia, con responsabilidades, obligaciones y compromisos, que a la vez no forma parte de los beneficios y privilegios que gozan todos los miembros de la familia, y mucho menos comparado con los otorgados al hermano mayor. Pasaron muchas décadas y hasta el mandato del licenciado Francisco González de la Vega, quien con ojos de visión y consciente de la necesidad de apoyar a los empresarios laguneros, decidió reforzarlos en su reconocido liderazgo industrial en el estado de Durango, dando inicio a la primera etapa del parque industrial de la ciudad.

Pero la historia se volvió a repetir, y sin temor a equivocarme, a los "duranguitos" o durangueños, como se les conoce a los capitalinos, solamente se les vuelve a ver por estas calientes tierras de tolvaneras cuando se necesitan recursos económicos para apoyar las necesidades del Estado, en las colectas de la Cruz Roja o el DIF, cuando se quiere desbaratar algún liderazgo local para con su guía ver la posibilidad de que la capital lo controle, o con mayor seguridad, en época de elecciones, donde de manera efusiva somos elogiados y respetados como el gran ejemplo nacional, y nos invitan a cerrar filas para ahora sí, en definitiva, participar junto a la ciudad de Durango en la fiesta del desarrollo y progreso del siglo XXI. Por lo anterior, Gómez Palacio, con un marcado priismo por tradición y compromisos (es de los pocos municipios del país sin alternancia política), volvió a confiar en los candidatos del PRI e inclinó la balanza en las elecciones del 2010 a favor del equipo de trabajo encabezado por Jorge Herrera Caldera.

Señor gobernador, es tiempo de convertir en realidad su palabra, de construir en cantidad, con calidad y en tiempo. Son días de reciprocidad, de confiar en los laguneros, así como ellos ya confiaron en usted. Durante el gobierno de Maximiliano Silerio Esparza se formalizó el impuesto sobre nómina, cuyo objetivo era invertirlo totalmente en obras de beneficio común en el Municipio donde se recaudara, debiendo ser operado por un comité de la sociedad civil, con el compromiso de transparentar y rendir cuentas públicamente. En el gobierno de Guerrero Mier y Hernández Deras el valor de este impuesto sufrió incrementos, que actualmente son de 2% sobre nóminas, agregando además 0.35% para el fomento a la educación. La petición es que se haga un programa de uno por uno, en que la administración estatal entregue anualmente la totalidad de este dinero, agregando una cantidad igual por parte del gobierno estatal, la cual sería invertida en la infraestructura e imagen del Parque Industrial de Gómez Palacio, lo que vendría a fortalecer y vigorizar este sello de la industria que distingue a nuestro municipio. Además, constituiría la oportunidad de eliminar el desempleo y reactivar la economía regional (objetivo de su administración), así como de promover el turismo (industrial y cultural). En tres años los resultados serían extraordinarios.

El tan prometido Parque de la Jabonera por la administración municipal pasada, con usted ya es una realidad, y dada la relevancia de sus instalaciones en nuestros orígenes e historia, se exige el rescate y rehabilitación de las mismas, estableciendo en el interior de las antiguas oficinas, un museo que respete y dignifique el trabajo de miles de gomezpalatinos que dieron su vida por su éxito y progreso, apoyándose en un comité ciudadano conformado por personas identificadas con la historia, productividad y servicio, dando oportunidad de participar en la recuperación y salvaguarda de su memoria histórica a los obreros y ciudadanos. Con transparencia y rendición de cuentas, tenga la seguridad de que el pueblo participaría de diferente manera. Hagamos obras que identifiquen y unan a los gomezpalatinos.

Que su administración sea un verdadero parteaguas en la vida de nuestro municipio, "antes de y después de Jorge Herrera Caldera". En usted está que juntos sean días de retomar el camino del progreso y bienestar. Los ciudadanos de Gómez Palacio son generosos y desean participar con autoridades honestas y de buena fe, que den y sirvan, no que se sirvan y endeuden. Por sus mentes corre espíritu de servicio. "Cuando el pueblo salta sus barreras, casi ningún esfuerzo es bastante poderoso para detenerlo", Guadalupe Victoria, Primer Presidente de México.

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