...¡agua en abundancia y calidad!, ¡excelente planeación, progreso y sustentabilidad!, y será de ustedes... ¿Y la Cheyenne, alcaldesa?". Escena ficticia ubicada en el cerro de la Pila, que creo, fue la base del objetivo real y válido que María del Rocío Rebollo propuso e imprimió en su Plan Municipal de Desarrollo 2010-2013 para responder "puntualmente a las demandas de la ciudadanía", sin especificar etapas y cuantificando pocos resultados en su mandato. Un gobierno se debe valorar por sus ciudadanos en lo administrativo y político, en lo que corresponde a la propuesta para el bienestar común, además, debe estar acompañado de quehacer y resultados, complementándose con el trato y comunicación entre autoridades y comunidad, hoy representado por "la Cheyenne", que es lo político, la gobernabilidad; importante vehículo que bien aplicado da a las autoridades credibilidad y rumbo, y al pueblo, identidad y confianza.
Explicado con sencillez: los frutos del ejercicio del sistema político "democracia" que se derraman hacia la ciudadanía son, ¡yo, tú, él, todos ganamos!, resultados que hoy, de manera incipiente, abrupta, sin planificación, con acciones "revanchistas" y actitudes "canibalistas", se desarrollan y viven al interior del ayuntamiento local. Logros que en teoría deberían darse con el actuar lógico del diálogo y la reflexión, el triunfo de los argumentos sobre la imposición y no el choque "del bien y el mal", donde el habitante desconoce quién representa a ambas polaridades. Es una escenografía política atípica, diferente a lo tradicional, en apariencia no consensada, pero si en conciencia anhelada y esperada por miles de gomezpalatinos que desean lo mejor para su ciudad, que por su "no uso" o "así siempre se ha hecho", viene acompañada de todo tipo de comentarios y supuestos del pueblo: son órdenes de arriba, es pleito entre la alcaldesa y los que no quieren a su hermano, por fin le subieron la "canasta" al tesorero, es conflicto entre grupos políticos, hasta que entendió Rocío sus derechos, son inconformes presionando por beneficios políticos, ¡ahora si van a pensar y trabajar todos!, etc.
La incredulidad nos exige seguir viendo "moros con tranchete", sin darnos cuenta de que intempestivamente el "grupo de los 10" tuvo el acierto de encontrar "la aguja en el pajar", donde no importan ideologías ni colores de los partidos, sino el beneficio común. Por otra parte, la autoridad sigue dando "patadas de ahogado", sin entender la necesidad de transparencia y rendición de cuentas, olvidando el derecho de cualquier ciudadano a contar con copias de "papelitos" públicos. Es el golpeteo entre el que tenía todo y no quiere perderlo, y el que desea crecer y no lo dejan progresar. Imaginemos a nuestro escudo de armas, acompañado del slogan "Gómez Palacio para los gomezpalatinos", soportado con políticas de transparencia y rendición de cuentas. ¡Eso es sumar y unir!, ¡eso es compromiso!, ¡eso es visión!, ¡eso es soñar en grande! Por eso son tiempos de romper los moldes de la sumisión, el "borreguismo", la conveniencia y la ventaja personal, para fincar las bases del provecho común. Tiempos de pensar, planear, accionar y lograr buenos resultados. Tiempos de reencontrar el valor de un cabildo, que a fin de cuentas, es la base del municipio libre, establecido desde la Constitución de 1917, con sus compromisos, obligaciones y derechos. Tiempos, ahora visibles como perdidos o de supuestas traiciones, pero que llevados a cabo con actitud, responsabilidad, patriotismo e identidad, son excelentes tanto para los gomezpalatinos como para Durango. Son tiempos de unidad y trabajo de campesinos, estudiantes, obreros, profesionistas, familias, empresarios y autoridades.
Mientras esperamos los resultados de la revisión que la Entidad de Auditoría Superior del Estado realiza para concluir las observaciones a la cuenta pública 2010 y comprobación del préstamo de 182 millones, urge recordar a las autoridades una relevante propuesta incluida en su Plan Municipal, en que por desgracia, el tema de la planeación inició con el pie izquierdo. La creación del Instituto Municipal de Planeación, "...instrumento que amplía la capacidad de gestión financiera y urbana de los distintos actores del municipio. Se constituye, pues, como un organismo consultor en materia de planeación, procurando autonomía en la toma de decisiones con una participación mayoritaria de ciudadanos", a la fecha es promesa incumplida, solo deseos con futuro incierto. Urge se retome este compromiso para que en 2012 la comunidad cuente con éste o algún otro instrumento que cubra la imperiosa necesidad de planear, con orden y armonía, su desarrollo urbano, tan caótico, degradado y lastimado. Aún así, existen tres dudas: ¿todas las actuales obras de vialidad están soportadas en el Plan Director de Gómez Palacio?, independiente de la relación con el área conurbada, localmente, ¿se está actualizando dicho Plan?, ¿cuándo participará la sociedad civil en la planeación y definición de obra municipal?
Verdaderamente la sociedad desea confiar en autoridades responsables y capaces, con las que los habitantes no necesiten investigar o adivinar, y la planeación y la formación de los expedientes técnicos sean cubiertos con profesionalismo, trátese de obras oficiales o particulares; con las que no se planifique al capricho o conveniencia gubernamental, ni cubriendo pagos electorales; con las que en todos los proyecto se piense primero en los beneficios y seguridad de los gomezpalatinos, y que al haber errores o malos resultados, no se caiga en el ridículo vicio de no definir responsabilidades. Por el bien de Gómez Palacio, esperamos que pronto el azul sea azul, el amarillo sea amarillo, el verde sea esperanza y la alcaldesa, con su equipo de trabajo, "den color" y trabajen de la mano con las autoridades estatales y federales.
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