Gómez Palacio y Lerdo Violencia Gómez Palacio Buen Fin Gómez Palacio

EL CIUDADANO

RAMÓN I. GONZÁLEZ GONZÁLEZ

Santiago Lavín Cuadra, originario de Aedo, provincia de Santander, España, propietario en los años 80 del siglo XIX del entonces latifundio duranguense "Perímetro Lavín", localizado en el centro-oriente del estado de Durango (hoy parte de la Comarca Lagunera), registra en la villa de Lerdo, Durango, el 14 de septiembre de 1883, la compraventa de una franja de tierra de aproximadamente 22.5 kilómetros de largo por 30 metros de ancho, con la Compañía Limitada del Ferrocarril Central Mexicano...

...para el tendido de la vía férrea que uniría la ciudad de México con Paso del Norte (hoy Juárez, Chihuahua), atravesando el interior de sus propiedades. La compañía ferroviaria instaló una estación de bandera identificada como "Estación Lerdo", en el área llamada cuartel V de Lerdo, en una ubicación cercana a la villa y al nuevo sitio de la Hacienda de Santa Rosa, antes de cruzar la línea divisoria entre Durango y Coahuila.

El hacendado español, dueño de los terrenos circunvecinos a la Estación Lerdo del ferrocarril, con una visión mercantil de progreso y desarrollo, decide formar un centro de población, osadía que de inmediato plasmó en un plano el ingeniero Laureano Paredes, autor del trazo urbano del nuevo polo de desarrollo. Para fomentar el crecimiento de la nueva población, resuelve don Santiago Lavín donar terrenos, condicionando a sus donantes en sus escrituras, fechadas desde 1885, acciones de orden y construcción a cumplir. A la muerte de don Francisco Gómez Palacio y Bravo, el 27 de febrero 1886, Lavín Cuadra quiso honrar la memoria de quien en vida fue su protector, consejero y amigo, solicitando al gobernador su consentimiento para asignar al nuevo centro de población el apellido de tan ilustre duranguense, iniciativa aceptada por el ejecutivo estatal en 1887, año en que don Francisco fue declarado Benemérito del Estado.

Aún sin haber sido decretada como población o villa, debido a su acelerado crecimiento, Gómez Palacio era ya reconocida como ciudad, según lo asentado en la escritura constitutiva de la Fábrica de Hilados y Tejidos "La Amistad", empresa instalada desde 1887, primera factoría no sólo en la ciudad, sino de la futura Comarca Lagunera. Para finales del Siglo XIX, la compañía presentaba un desarrollo vertiginoso y era reconocida nacionalmente por su producción y excelencia. Eran los inicios del sello de vocación de Gómez Palacio como ciudad industrial, distinción que desde entonces siempre ha respaldado con calidad.

La inclinación industrial local se había acrecentado con las actividades de la "Jabonera La Esperanza", fundada en junio de 1887, convirtiéndose el 1º. de septiembre de 1898 en la "Compañía Industrial Jabonera de La Laguna, S. A.", siendo su director general, desde 1893, el norteamericano John Francis Clemens Brittingham, banquero, empresario visionario y exitoso, a quien por su quehacer empresarial, trato personal y amor al suelo mexicano, se le conocería como don Juan F. Brittingham. Bajo su excelente dirección innovadora y productiva, muy pronto llegó a ser considerada la mejor fábrica de México y América Latina. El ferrocarril, la hilandera y la jabonera, desde sus inicios, fueron y continúan siendo sinónimo de identidad gomezpalatina.

Importante para un pueblo es su historia y patrimonio cultural. Los breves datos mencionados líneas arriba nos hablan de los orígenes de Gómez Palacio, llenos de trabajo, lucha y triunfo, basados en una visión, unión y superación como comunidad. La vocación como centro de población industrial prosigue vertical, como nuestro cimiento de identidad, de ahí la importancia de que autoridades y ciudadanos emprendamos el rescate físico de tan relevante centro histórico: "La Jabonera La Esperanza". Lamentablemente todos, gobierno y sociedad civil, hemos permitido la violación o pérdida de gran parte de nuestro patrimonio histórico y arquitectónico, respeto que si no está valorado en nuestras mentes y actuar, nadie habrá de aquilatarlo y llenarse de orgullo.

Para recuperar nuestras raíces, orígenes e identidad, es fundamental una real participación de la comunidad, y qué mejor oportunidad de colaborar que los trabajos actualmente realizados por Obras Públicas del Estado en el "Parque Ecológico La Esperanza", donde además de gozar de un necesario "pulmón verde", se conservaría y rescataría nuestro patrimonio histórico-cultural. Por eso es necesario preguntar a los gomezpalatinos: ¿conoces el proyecto ejecutivo?, ¿se debe incluir la construcción de canchas deportivas en vez de área verde y recreativa?, ¿participarías con acervo para crear un museo de sitio que honre nuestro patrimonio? Preguntas a Obras Públicas del Estado por sus trabajos ya efectuados en la ciudad: ¿podemos confiar que con sus diseños se rescate nuestro patrimonio con dignidad?, ¿qué funciones y responsabilidades tiene el comité ciudadano en las finanzas y desarrollo de la obra? Preguntas al ayuntamiento: ¿tienen autoridad en el proyecto, dirección, coordinación y responsabilidad en la calidad de los trabajos?, ¿existe autorización y supervisión del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA)?, ¿se cuenta con un expediente técnico completo?, ¿qué están haciendo para rescatar nuestro patrimonio?

La última prueba de nuestra preocupación: ¿habrá alguna autoridad que invite al gobernador a inaugurar el paso vehicular suprimido por la calle Escobedo? Trabajos también ejecutados por Obras Públicas del Estado, donde la calidad es comparable a una obra surrealista de Salvador Dalí, obra que no cumple con el compromiso del Estado con la ciudad, traicionando su imagen de obra de calidad. Se carece además de obras colaterales como paso a discapacitados, banquetas, cordones, solución al drenaje pluvial, iluminación, áreas verdes, imagen urbana, sin mencionar los compromisos originales de obra. ¿Dónde está José Betancourt Hernández y su gente de Obras Públicas Municipales? No cumplen con revisar los proyectos locales, vigilar los alcances y calidad de las obras en beneficio de los gomezpalatinos. ¡Ya basta de obras de tercera o parchadas!, de obras realizadas al ¡ahí se va!, donde importa más publicitar e inaugurar, que la imagen y utilidad de nuestras inversiones.

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