Hay un refrán muy popular, de tiempos de nuestras abuelitas, que dice: Enójense las comadres y ... díganse sus verdades. Está por demás decir que esos altercados eran temibles por la cantidad de resabios que sorprendentemente se habían acumulado, (¡qué no se dirían!), incluso de hechos acaecidos desde antes de bautizar al niño. Me refiero a las confidencias, que cuando caminaban del brazo, se hacían una comadre a la otra, comentando sucesos cotidianos de lo que pasaba en su vecindad. El hecho es que, me vino a la mente el lío en que se ha enredado Miguel Ángel Yunes, que todo parece le está tratando de jugar las contras a su protectora política. De lo que dicen ambos, se concluye que debe haber sucedido algo muy grave que los distanció. No sabemos qué, pero quizá tenga algo que ver con su incursión en las recientes elecciones en la entidad de la que es oriundo, donde fracasó en su intento de ser gobernador. Es posible que no obtuviera un respaldo pleno de quien piensa cuenta con la influencia política necesaria para sortear los obstáculos que se le presentaron y que habiendo renunciado previamente a la dirección del ISSSTE, lo dejaba descobijado sin merecer ese descalabro, ni que lo abandonara en la estacada dejándolo tan solo con su orgullo maltrecho. Es una posibilidad.
Lo que me cuesta trabajo creer es que ahora pretenda endilgarle a la maestra Elba Esther Gordillo Morales el saqueo que aparentemente ha sufrido la institución que estuvo a cargo de él, diciendo que la profe le pidió una cantidad que, dado el monto de dinero que suele manejarse en las alturas del poder, parece que no es creíble, aunque Yunes lo haya mencionado involucrando al partido político que fundó la dirigente. No sé a qué le tira quien tuvo a la fortuna de figurar en varios cargos y puestos de elección popular, tiempo en que brincó del PRI y aterrizó en el PAN, que fue cuando, a instancias de la maestra Gordillo, el primero de diciembre de 2006 el presidente Felipe Calderón lo nombra Director General del ISSSTE, lo que el agraciado dice no sucedió así. No era ningún misterio que la profesora decidió melifluamente, en sentido peyorativo, apoyar la carrera a la Presidencia del entonces candidato Felipe Calderón quien es sabido ganó la contienda, con lo que a cambio del apoyo que recibió del SNTE, concedió diversas "posiciones" para que la profe diera cabida a su gente, lo que en política es enteramente normal, entre las cuales se contó la dirección del ISSSTE, donde despachó el favorito de la maestra hasta el 22 de febrero de 2010.
La realidad es que Yunes al cambiar de chaqueta enseñó que es poseedor de una ideología abigarrada, que carga banderines de varios tamaños y colores, por lo común mal combinados o sea que le da lo mismo Chana que Juana, a los que aquí en la Comarca Lagunera se les ha dado en llamar chapulines que, lo mismo brincan para allá que para acá, con el menor pretexto. Hizo mal en querer darle patadas al pesebre. La maestra puede ser que no ayude, pero su influencia política es tal que el presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, de repente despertó y sacudiéndose la modorra en que estaba sumido junto a sus compañeros, declaró muy orondo el señor, que más allá de las declaraciones de Yunes y la profe, esa instancia investigará "las señales claras" de corrupción detectadas en el manejo del ISSSTE. Dijo que las acusaciones, por estrepitosas o escandalosas señalan una corrupción que debe ser investigada. La comisión permanente solicitó se audite la gestión de Miguel Ángel Yunes al frente del ISSSTE y que la autoridad competente proceda a investigar el posible desvío de recursos públicos y aplicar las sanciones penales en caso de algún ilícito.
Creo que la política no ha cambiado ni tan siquiera se ha dado una "manita" de gato, los políticos siguen siendo desfalcadores, en tanto, las instituciones públicas que se les encargan, son desfalcadas. Los dineros se desvían en su aplicación cuando lo más es que se reciben en custodia. Así 8 mil millones pesos tomaron un rumbo distinto al señalado en la ley, que nadie sabe nadie, supo dónde quedó. Alguien debe responder por qué haya tomado un rumbo equivocado. Miguel Ángel Yunes, apenas calentaba la silla, quedando fuera ahora del ISSSTE, dice que los busquen en el bolso de la líder de los maestros Elba Esther Gordillo, aseverando que desde un principio de su gestión le quería sacar 20 millones mensuales para el Partido Nueva Alianza, que él se negó a darle. La maestra se deslinda echando toda la culpa al exdirector Yunes. Luego señaló que los acuerdos con el presidente Calderón, cualesquiera que hayan sido, fueron legítimos. No hubo, aclara, arreglos en lo oscurito, todo lo hicieron a la luz del día. Lo que es perfectamente legal. Luego, como no queriendo la cosa, menciona al presidente, mirando a Yunes, desde su hombro, adivinamos que lo observó como si fuera un insignificante homúnculo. En fin, bien pudo decir: ese hombrecillo no es de mi peso, mi musculatura en la política es la de un peso completo. Y tiene razón en el deporte de Pancracio, como en los agarrones, se vale de todo por lo que se puede combinar la lucha con el pugilato, considerándose válidos los golpes bajos.
