Nosotros Las palabras tienen la palabra VIBREMOS POSITIVO Eventos

EL DIVÁN

Los Padres de Ayer y Hoy

Por: Lic. José Antonio Miranda Hernández

Hace algunos días un amigo muy cercano de mi padre llegó de visita del norte del país y estuvimos degustando el pan y el vino. Dentro de la plática surgieron algunas remembranzas y anécdotas principalmente acerca de las vivencias de ellos en sus años mozos cuando los pantalones acampanados y la melena estilo Paul McCartney estaban de moda.

Se habló de las pretendientes que no llegaron a ser sus esposas y de las que pretendieron y no llegaron a ser ni sus novias. Todo esto acompañado de sus respectivas fotos y sus respectivos recuerdos evocados por las imágenes en turno.

Uno de los momentos más emotivos de la velada fue cuando dicho amigo comento que en su innumerable cantidad de viajes a lo largo de la República Mexicana, le hubiera gustado estar acompañado de sus hijos, ya que él sólo fue el encargado de pagar los "viáticos" de los viajes y no fue partícipe de ellos, de lo cual según sus palabras era algo que le dolía y se sentía arrepentido.

También existió el turno de la evaluación de mi padre, al que se refirió como el promotor del esclavismo en México, ya que durante muchos años el Sr. Miranda se dedicó en cuerpo y alma a uno de los mejores bancos en servicio, el cual después de 28 años de larga entrega le dio las gracias debido en gran parte a los aciertos de diciembre de nuestro "mejor" ex presidente de México. Oiga, por cierto ¿Usted sabe por qué los cajeros de los bancos tardan tanto en atender hoy en día a los clientes?

El trabajo de mi padre representaba que cada fin de mes la salida de su lugar de trabajo pudiera ser en la madrugada o a las primeras horas del día siguiente.

¿A qué viene todo este recuento familiar? Muy sencillo, a la evaluación de dos hombres de más de 60 años que recuerdan sus mejores momentos y los no tan gratos, que su amistad y confianza les permite decir las cosas desde lo más profundo de su ser. ¿Qué hicimos bien? ¡Cómo disfrutamos! ¡Qué buenos amigos éramos! ¿En qué se nos fue el tiempo? Estas frases y preguntas surgieron durante la plática, incluso cuando mi esposa y yo platicamos sobre el tema, ella me confesó que como yo, le había removido sus sentimientos relacionados con su infancia y con sus propios padres.

¿Por qué pasó esto? Pues seguramente porque estábamos escuchando a dos hombres reales, que se dan cuenta de lo que hicieron y dejaron de hacer y sobre todo se dan cuenta que no son los padres perfectos y que si el tiempo pudiera regresar lo más probable es que cambiarían algunas cosas. Para que la conversación se tornara un poco más profunda de lo que ya era, una de mis tías preguntó la razón por la que se casaron con su trabajo y dejaron poco tiempo para compartir y disfrutar.

Seguramente mi estimado y congelado lector tenga alguna historia personal o al menos coincida con la que aquí se relata, y lo probablemente es que se haga estas preguntas de vez en cuando. Lo que habría que entender aquí es que en primer lugar lo ideal de los padres perfectos si bien nos queda claro que no existen, la fantasía de tener unos padres sin errores está muy dentro de nosotros.

En segundo lugar ¿Eran los mismos tiempos de estos dos hombres en cuestión a los de ahora? ¿Se pensaba lo mismo? ¿Eran las mismas formas de familia que hoy en día? La respuesta obviamente es que no. Ellos pensaron seguramente que trabajar de gallo a grillo era lo mejor, que ofrecer las mejores condiciones económicas para la familia era lo deseable, aunque en ello se llevaran su salud física y emocional de por medio, y que enseñar a sus hijos(as) la responsabilidad y no pasar las penurias económicas por las cuales pasaron ellos era lo más apropiado.

¿Y sabe qué? Tenían razón, no porque no se hayan equivocado, sino porque siempre lo hicieron con la mejor intención y desde la perspectiva de darle lo mejor a sus hijos(as).

Podrán haber faltado viajes acompañados, abrazos postergados, palabras de aliento y aplausos aplazados en algunos eventos escolares, pero lo que nunca faltó en estos dos hombres fue la buena intención de ser mejores padres y sobre todo la capacidad para reconocer que faltaron cosas, pero que son parte de la vida misma.

La pregunta será ahora ¿Qué deberíamos hacer los Padres de Hoy? Tenemos una tarea interesante ya que los tiempos han cambiado, pero lo mejor, creo yo, será hacer las cosas siempre con la mejor intención porque padres perfectos definitivamente no existimos.

Ah, por cierto feliz cumpleaños Sr. Miranda.

Mi correo electrónico: antoniomiranda72@hotmail.com

Leer más de Nosotros

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Nosotros

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 591764

elsiglo.mx