VEO A TRAVES DE TUS OJOS
Recientemente el secretario de Hacienda de nuestro País hizo una declaración que molesto a más de uno refiriéndose a la pobreza en México. Ya anteriormente había tenido otro desliz cuando argumentó que con 6 mil pesos un padre de familia en México podría tener una calidad de vida bastante buena, accediendo a educación privada para sus hijos entre otras cosas.
No abordaremos la parte política ni de color partidista de las declaraciones por corresponder a nosotros ahondar en cuestiones psicológicas más que electoreras en este momento, pero me viene inmediatamente el recuerdo con estas declaraciones de infinidad de ejemplos en que muchos de nosotros creemos ver la realidad a través de los ojos de asume como verdaderas ciertas cosas y las trasmite.
Recuerdo que en la universidad en la que laboramos cerca de 3 años, la visión de la rectora era paranoica y punitiva, no vamos a llegar a las metas, al estudiante hay que traerlo cortito, no hay que felicitar a la gente en su trabajo porque si no se la cree, piensa mal y acertarás, es decir una visión persecutoria y que podrá agradar a más de dos, el problema no sería la percepción, sino que provocaba en la mayoría de sus empleados, confusión, confrontación, sentimientos de poca valía, con las consecuentes padecimientos fiscos de origen psicológico ,como gastritis, colitis, dolor de cabeza permanente, entre otros.
Otro ejemplo semejante a la visión de Cordero y Martha Silvia es el padre de familia que pinta a sus hijos un futuro negro, desolador, de pocas oportunidades, donde hay que pensar en la catástrofe más que en el esfuerzo, mi estimado lector pensará que estoy hablando de un mexicano común y corriente, y podrá tener razón, pero este padre realista como muchos de nuestros lectores lo verían, dejaría de lado otro tipo de mentalidad como no ver la oportunidad, generarla. No pedir, buscar, y tratar de generarse un futuro más halagüeño a diferencia de sentarse y ver cómo el mundo rueda.
Un ejemplo más es la esposa que asume que la vida es como el esposo se la pinta, no debes de salir con tus amigas se ve mal en una mujer, me debes de servir el plato con alimentos a pesar de yo tenerlo a menos distancia que tú, no debes de conocer mi sueldo porque yo te doy lo que necesitas, y la clásica cuando un esposo se queja con otro respecto a la cónyuge: "es que ella siempre quiere hacer, lo que ella quiere", traduzca usted mi estimado y hermanado lector, "no debes de hacer lo que quieras, debes de hacer lo que yo quiero", el problema de todo esto, como diría Arjona, no es lo que dice sino que las mujeres interpretan esto como amor, porque se preocupa por ella, cuando lo que está debajo es el control.
Existirán infinidad de ejemplos, seguramente estaremos pensando en algunos de ellos en estos momentos, incluso familiares, pero lo que caracteriza a todos ellos es que la visión de alguien es compartida por otros hasta tal punto que dejamos de ver nuestra propia visión de las cosas, convirtiendo esto en una especie de dogma.
En todos los casos lo que denota la forma de ver la vida es un total desconocimiento de ciertos sectores además de proyectar que se es ignorante de la forma de vida de los demás, en el caso del secretario es que desconoce totalmente el mundo de la clase trabajadora e interpreta la realidad de acuerdo a los periódicos internacionales, en el caso de la encargada de escuela demuestra su incapacidad de percibir a alumnos pensantes, docentes emprendedores y que el objetivo es sólo económico cuando la universidad debería ser trascendente en la educación y sobre todo en estos tiempos.
En el caso del esposo y el papá la visión es de control, en el primero, reduciendo a ente no pensante a su esposa y en el segundo, el padre transmite su visión a sus hijos dejando de lado la de estos últimos.
Con lo anterior no queremos decir que estas formas de percibir no sean las adecuadas, habrá gente que las comparta y las aplauda, el punto al que vamos es cuestionarnos por qué vemos el mundo así, y si realmente es forma de verlo me convence y es congruente a mis ideales, aunque habrá algunos que sientan que ni sueños ni ideales tengan.
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