México, México...
Indudablemente el tema de la selección mexicana sub17 acapara el interés de los laguneros en estos días, sobre todo es tema de conversación el juego de la semifinal celebrado en el estadio Torreón, para efectos del Mundial, con un lleno a reventar y un juego histórico y también para histéricos.
No profundizaremos en el tema futbolístico, ya que en La Laguna abundan los expertos en futbol y uno que otro que va al estadio y con tres cervezas en el estómago se siente amigo de Guardiola o ya de perdis amigo íntimo de Decio de María, ahondaremos en el tema de la psicología y sociología del mexicano si usted me lo permite.
Como dijera el escritor y apasionado del futbol Juan Villoro, el futbol es el reflejo de la sociedad mexicana, y pareciera darle la razón el juego del pasado jueves, unos muchachos de escasos 16 años jugando a tope y dando lo mejor de sí, enamorados de defender los colores de su país y sobre todo comprometidos con la actividad que realizan.
¿Qué sucede cuando crecen? No sólo en el futbol, sino en el área económica, laboral, matrimonial, etc. Los chavos empiezan a perder el piso, en la política como ejemplo, está el joven emprendedor, enamorado de su país, lleno de ideales, con miles de proyectos alcanzables. ¿Qué pasa con el tiempo? Creo que la película La ley de Herodes, ejemplifica de manera excelente lo que pretendemos explicar al observar cómo el sistema corrompe a una persona con la mejor de las intenciones.
En futbol podremos recurrir al ejemplo de Giovanni, un jugador precisamente campeón del mundo con la sub17, con todos los atributos de un crack a nivel mundial, sólo que el mundo de la farándula, los espectáculos y los medios lo deslumbraron y fue más noticia por sus líos amorosos que por sus logros internacionales. Después de ver el cuarto gol de México en la final de la copa Oro, no nos dejará mentir sobre las capacidades de dicho jugador.
Existe un sinnúmero de ejemplos, hace algunos días platicaba con una chica de alrededor de 20 años quien participaba en una campaña recién terminada que conforme fue avanzando su colaboración dentro de ella pasó de una gran ilusión a una gran decepción, primero emocionada por participar y sentirse incluida en un proyecto estatal, para al final darse cuenta que los puestos en su mayoría ya estaban ocupados desde hace algunos ayeres, y que en la política, menos que en ningún otro lugar, los amigos son circunstanciales, si es que se le puede llamar amigos.
Habrá quien diga en estos momentos que conocen jóvenes que son y seguirán siendo exitosos en toda la extensión de la palabra, y no lo dudo, pero volvemos a la triste realidad que nos dice que son la excepción y no la regla.
¿Qué se pudiera hacer con estos chavos? ¿Qué se puede hacer con sus ganas de trascender? ¿Es inevitable que el poder y el deseo los corrompa? ¿Es cuestión de destino? Creo que será muy importante aparte de los valores que se den en casa, los encargados de la educación y puestos de poder que tienen que ver con chavos, infundirles o facilitarles el crecimiento, que sigan siendo críticos y no criticones, que sean creativos, facilitar su aprendizaje y no coartar sus capacidades en beneficio de unos cuantos y en perjuicio de muchos.
En términos menos generales, que si mi hija quiere ser veterinario, no le coarte su libertad de elección sólo porque yo tengo un negocio de abarrotes y es la herencia de la familia, que si mi hijo quiere ser jugador de futbol, no le diga que deje de soñar y se ponga a vender hamburguesas o a estudiar, que los futbolistas no piensan. Que si mis estudiantes me cuestionan, tolere ese cuestionamiento y no los tache de irrespetuosos y faltos de valores. Que como encargado de la autoridad, sea congruente y ejerza esa autoridad y no abuse del poder que es otro deporte favorito del mexicano, abusar del poder y no utilizarlo para el bien de los demás.
Que una golondrina no hace verano, estoy de acuerdo, pero un chavo vendado, con dolor intenso de cabeza, remate y meta el gol de la final, si puede generar lo que a muchos de nosotros no faltaría algunas veces: Pantalones, o deseos de ser alguien en la vida sin responsabilizar a nadie de nuestras ineptitudes o falta de compromiso.
¡Por lo pronto gracias, chavos, son un ejemplo para nosotros!
Correo electrónico: antoniomiranda72@hotmail.com
Facebook: toño miranda, el psicólogo de cabecera.
