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EL DIVÁN

Lic. José Antonio Miranda Hernández

¿Qué le pasó al PAN?

Después de las aplastantes derrotas electorales en las pasadas elecciones y la falta de un candidato sólido para la próxima contienda presidencial que se aproxima, no queda más que preguntar como diría el famoso comentarista de TV Azteca, ¿qué le pasó al PAN?

Como esta columna está dedicada a las vicisitudes emocionales del ser humano, seguramente nuestro lloviznado lector pensará ¿qué diablos le sucede a este divanero escritor? Lo que intentaremos hacer aquí es un análisis psicológico de lo que ha acontecido los últimos años para un partido que se caracterizó por ser congruente a sus ideales y se empezó a desmoronar desde que llegó al poder.

Pensar que los gobiernos del PAN a nivel municipal, estatal y federal han sido lo mejor que le pudo pasar a México, es comparable a pensar que Vaqueros Laguna es el mejor equipo de beisbol de México, debido principalmente a que si ha existido buena intención, eso no basta para ejercer el poder adecuadamente.

Pero vayamos al inicio, el tener acceso al poder federal marca un evento que llenó de esperanza a la mayoría de los mexicanos, incluyendo a los incrédulos, ya que se hablaba de que llegaba a su fin una época de corrupción y abuso del poder, que desde luego no sólo correspondía al partido en ese entonces gobernante, que por cierto será tema de nuestra próxima entrega, sino que llegaba una época de tomar en cuenta al ciudadano y sobre todo con un candidato que parecía hablaba con franqueza y honestidad, pero que más adelante nos dimos cuenta de que se quedó en campaña permanentemente y jamás ejerció el poder que se requería para cambiar el rumbo del país.

¿Qué tiene que ver esto con la psicología? Mucho. ¿Por qué? Por la simple razón de que para superar un padre autoritario y que abusa de la autoridad se requiere tomar en cuenta los errores del padre y superarlos, pero sobre todo cambiar de una actitud sólo crítica a una actitud propositiva, lo que en psicología se le denomina independencia y madurez. ¿Qué quiere decir esto? Pues que el partido jamás alcanzó la madurez, debido a que por criticar los errores del pasado, lo único que hizo fue repetirlos, lo que por cierto sucede con el hijo del padre violento, tenderá a violentar a su esposa, debido a que es lo único que conoce. ¿Le suena familiar?

Sé que muchos panistas de abolengo dirán, es que Vicente Fox no era panista, a lo que argumentaríamos, y Calderón ¿es priista?

Otra dificultad psicológica que encontraríamos es la manera de resolver los conflictos. Para que éstos se solucionen de manera madura el individuo debe ser capaz de mediar entre dos polos, uno es el que hemos mencionado como autoritario y el otro, que se decida a dejar que las personas tomen la mejor decisión confiando en que ellas sabrán lo que es mejor. La conducta ideal en este caso será actuar con energía o ser conciliador cuando la ocasión lo amerite.

En el caso del partido en el poder, tendió a compensar años de autoritarismo con la confianza, que muchas de las veces se convirtió en indiferencia y por lo tanto en ausencia de poder.

En una familia vemos esto, cuando los hijos no tienen ese guía y esa presencia emocional de los padres, lo que ocasiona finalmente en hijos con pocos límites, tendientes a la violencia y con escasos principios, ¿a poco no le suena familiar? ¿Verdad que sí?

Otro factor importante de inmadurez es responsabilizar a los demás de las propias incapacidades, lo que por cierto lo podemos ver en las múltiples declaraciones de funcionarios panistas en el poder, cuando dicen que estos errores venían de años atrás, ¿les suena conocido?

Desde luego y con el afán de ser maduros como ciudadanos la responsabilidad total no es del Gobierno, ya que nosotros como mexicanos, en su mayoría, somos poco comprometidos con los procesos ciudadanos, lo cual devela otra condición psicológica muy interesante, ya que los gobernados parece ser que preferimos que nos resuelvan nuestros conflictos y luego criticar a quien los resuelve por su falta de capacidad, denotando una personalidad infantil, que se compromete poco y exige mucho.

No vaya usted a pensar que este diván ya se hizo tricolor y lo único que quiere es un huesito en la próxima administración. La semana entrante tocaremos aspectos psicológicos del inminente regreso del PRI a Los Pinos y el análisis psicológico de la bipolaridad del PRD.

¡Hasta la próxima!

Mi correo electrónico: antoniomiranda72@hotmail.com

Facebook: toño miranda, el psicólogo de cabecera.

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