Mi bronca, tu bronca o realmente ¿Cuál es el problema?
Recientemente platicábamos un amigo y su servidor sobre las relaciones de pareja al calor de unos cuantos tragos, me comentaba muy preocupado por qué la Tecate había cambiado de presentación y que hace algunos meses había iniciado un tratamiento psicoterapéutico del cual se sentía muy contento, más tranquilo e incluso más tolerante con muchas cosas. Que finalmente había llegado a la conclusión que él amaba profundamente a su esposa y a pesar de varias infidelidades deseaba seguir con su esposa porque realmente la amaba y quería ser un buen padre para sus hijos.
Pero me decía con tristeza que sentía que ella ya no lo quería y que muchas de las situaciones que ella debía de valorar, desde su punto de vista, no lo hacía y que seguía "clavada" en las infidelidades cometidas.
Argumentaba que pensaba seriamente en el divorcio, porque pensaba que ella no la quería. Sé que en estos momentos vienen varias afirmaciones y preguntas a su cabeza como las de mi amigo. Desde decir que arriba Paquita la del Barrio y lo dejé por infiel y por ser roedor de 3 patas, hasta preguntar ¿Qué le hace pensar que ella no lo quiere? ¿Por qué hasta ahora después de lo bailado? Hasta decir "así son los hombres de infieles".
Pero a mí me gustaría abordarlo desde el punto de vista psicológico. Parece que después de un tratamiento psicológico, por cierto bastante bien llevado, llego a esa conclusión. ¡Bien por él! Pero, ¿sabe qué? La única persona responsable de decidir si quiere o no continuar con él, perdonando o no sus infidelidades, es la esposa. Si él quiere esperarla, llorar, enojarse, "utilizar" a sus hijos en contra de la esposa, o hasta volver a ser infiel es única y exclusivamente su decisión.
¿Se escucha cruel? Se puede escuchar de muchas formas, pero la realidad es que sólo ella responderá por su parte. Estoy consciente de que esta situación la tendremos muchos de nosotros en nuestros matrimonios, o compromisos de pareja, sin embargo pocas veces vamos con un especialista a analizar lo que nos pasa o ya de perdis ventilarlo con alguien objetivo.
¿Qué es lo que sucede? Pasa que nosotros como seres humanos, en su gran mayoría estamos acostumbrados a responsabilizar a los otros de nuestros actos y a través de poner en el otro lo que nos toca, nos victimizamos y terminamos controlando las conductas del ser amado a través de la manipulación. ¡Ya ven cómo hacen daño las tvnovelas!
Aplicándolo al ejemplo especifico que estamos manejando diríamos, la esposa, puede elegir divorciarse, puede elegir enojarse, ponerse triste, estar alegre o untarse cremas maravillosas que le permitan que los problemas se les resbalen. Lo cual implica que ella es libre de elegir la conducta que mejor le parezca. El problema estriba en que tendrá que hacerse responsable de las consecuencias de su decisión. Puede ser que después de meditarlo la esposa decida separarse, para lo cual vendría un cuestionamiento que debería de existir en el aun marido: "Si te amo, y me he dado cuenta que fui infiel, pero eso no garantiza que me ames y me perdones". La pregunta siguiente será para él ¿Qué vas a hacer con la negativa de tu esposa?
Casos como éste hay muchos, igual lo podemos ver con los alumnos en las escuelas. Pregúntese usted padre de familia, ¿si habría necesidad de gritar, golpear, angustiarse, tirarse al alcohol si su hijo reprobó matemáticas? O ¿si mis celos por mi mujer son porque ella pretende ser infiel o son mis fantasmas producto de mi inseguridad? O peor aún ¿Qué tanto la victimización me ha servido como chantaje para manipular a las personas queridas, o si yo me he dejado manipular por personas que amo y nunca he hecho lo que realmente deseo?
Es difícil a veces responder a estas preguntas, porque se podrá engañar a los que usted mi estimado y friolento lector quiera, pero jamás, si jamás, nos podremos engañar a nosotros mismos. Pero espere, a todo regla existe una excepción, después de ver a los diputados federales, me parece que hay gente que sí se engaña a sí misma.
Ni hablar, los espero en quince días.
Mi correo electrónico: antoniomiranda72@hotmail.com