25 de Noviembre
El viernes 25 de noviembre se celebró a nivel internacional el día por la no violencia en contra de la mujer, como muchos otros días que se celebra o se conmemora algo específico, existen días muy populares, y otros que pasan desapercibidos.
Pensar que este día o el problema de la violencia contra la mujer es mínimo o una situación mínima, sería como pensar que el equipo de futbol Santos Laguna no es importante en la Comarca Lagunera. Basta para esto sólo un dato: 7 de cada 10 mujeres en México han sufrido algún tipo de violencia en algún momento de su vida.
¿Se imagina? No es un problema grave, sino gravísimo, aunado a esto las secuelas del fenómeno hacen que los hijos que son testigos de este tipo de dinámica familiar, al crecer tienen aproximadamente un 60% más probabilidades de que en su matrimonio o en su compromiso de pareja exista algún tipo de violencia.
Muchos de nosotros tenemos todavía la creencia de que la violencia física es la única que existe y algunos hombres justificamos "uno que otro empujón" con poner límites y "hacerse respetar" en la pareja, y platicamos del evento con mi compadre Juan que termina por justificar y más que nada validar nuestra conducta, lo que hace de este evento algo cotidiano y "normal" por lo que el acto suele ser pasado por alto ya que es habitual que un hombre reaccione así.
La violencia emocional, la psicológica, la sexual y hasta la económica comprenden otros tipos de conducta violenta. Veamos un ejemplo, el esposo que determina cierta cantidad de dinero para los gastos de la mujer y al estilo Salinas de Gortari ejerce una partida secreta para sus gastos, como el alcohol, tabaco y salidas con amigos, sin que la mujer tenga la capacidad de gastar en diversiones, porque se aduce que el dinero lo gana él y es quien determina en qué se gasta y cómo se gasta, justificando un acto de violencia económica, que a todas luces es visto como normal en la sociedad.
Un ejemplo de violencia psicológica se da con un marido que acosa a su esposa diciéndole continuamente que está gorda, que no se cuida, que si sigue así ya no la va a querer. La esposa con baja autoestima y manipulada por los anuncios de productos mágicos, termina por someterse a todo tipo de tratamientos, no sólo por tener una figura espectacular, sino porque al subir de peso estaría perdiendo a su esposo y la estabilidad familiar. Sobra decir que al esposo por la calle le dicen Victorino, y no por su ascendencia italiana, sino por los 100 kilos de rock, sin que esto sea causal de divorcio para la cónyuge.
Existen muchísimas consecuencias de esta violencia que estamos viviendo los mexicanos, como el fenómeno del bullying tan llevado y traído actualmente y que los chavos han acuñado términos como en la escuela me bullean, o yo bulleo, que en realidad no existen como nombre pero son eventos tan graves producidos precisamente por nuestros modelos violentos de relacionarnos.
Seguramente usted pensará que este divanero, ya se hizo de la liga feminista y no es más que un mandilón empedernido, y sometido por su esposa que lo pone a trapear con agua y jabón hasta la casa de su suegra, pero no es así, bueno al menos me queda limpio el piso en la casa de mi suegra, la verdad es que sí es un problema al que los que nos encargamos de alguna área de salud es importante voltear a ver los efectos tan dañinos que causa en nuestra sociedad y sobre todo como padres darnos cuenta que estos modelos donde el hombre manda y se hace lo que él dice, ya no funcionan y son arcaicos y que el objetivo será el de educar a los hijos si con liderazgo y autoridad, pero jamás de manera violenta.
Habrán padres de familia que piensen que la mejor manera de educar era la de más antes, como dirán los políticos en boga, pero ese también era un modelo violento, que precia en apariencia que funcionaba, más en lo que devino, es en una gran cantidad de padres actuales que percibieron que el autoritarismo de sus padres era innato al ser humano.
Reflexionemos un poco en estas fechas sobre nuestra óptica sobre diversos aspectos de la vida y pensemos si ésta es la única forma de resolver los conflictos, porque muchas de las ocasiones queremos como adultos no repetir las conductas de nuestros padres o tutores, pero sabe que lo que se aprende con cariño, se repite constantemente. Por lo cual, sería de mucha utilidad ponernos en el lugar del otro y tratar de aportar nuestro granito de arena en la situación de violencia en las que se encuentran nuestras mujeres, que imagine usted nada más a cuánto corresponde el 70% de las mujeres en México que han sido víctimas de violencia.
Mi correo electrónico: antoniomiranda72@hotmail.com