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El encantador de serpientes

GILBERTO SERNA

Durante estos días estaba en suspenso si decidía jugársela registrándose como candidato a participar en los comicios del 2012. Se necesitaría mucho arrojo para tomar las riendas de una aventura que en estos tiempos no se sabe a dónde puedan llevar. Son aguas procelosas, como mucho tiempo atrás no se veían. Se le veía decidido, aunque en su interior sentía que podría con ellas, no obstante darse cuenta de las dificultades a las que debería enfrentarse. Las intrigas no le arredraban. Era un campo minado por el que caminaría de arriesgarse a hacerlo. Y después de meditarlo consideró que no. El momento no le era propicio. Muchas voces le dijeron la verdad sobre los riesgos que habría de correr. Y después de meditarlo un buen rato llegó a una conclusión: no competería. No era su momento y según el dios Cronos, quizás a partir de ahora no lo será jamás. A la oportunidad la pintan calva. La que tenía por delante tenía una melena que amenazaba con taparle los ojos. Y después de meditarlo, previa consulta con la almohada, se dijo: arrojando el bíblico instrumento, yo no le entro.

En el desplegado en que da a conocer el porqué de su postura, apunta: "la simulación y la ingratitud son los peores venenos de la política". Tiene razón, pero ¿a qué se refiere?, ¿quiénes fingen?, o ¿quiénes no merecen su agradecimiento? La política es la peor actividad donde se puede encontrar la ponzoña, recuérdese a la familia de los Borgia, convertida por la leyenda en prototipo de corrupción, nepotismo, ambición y ausencia de escrúpulos. Déseme la licencia de detenerme en esta ilustre progenie. A César Borgia (1476-1507) lo hizo cardenal cuando contaba con apenas 16 años de edad. Durante el ejercicio pontificio de Alejandro V. César no tuvo problemas, sin embargo al morir aquél, el nuevo Papa Julio II le hizo apresar. Ahí empezaron sus desventuras que terminaron, con la devolución de todos los territorios conquistados y su muerte en combate. Lo cual demuestra que no han cambiando mucho las costumbres políticas, quizá ahora de manera refinada, de un régimen a otro caen como el trigo cortado por la guadaña los que se equivocaron en escoger el bando que ya no podrá conceder prebendas. Hasta aquí el tema de los Borgia.

Luego, siguiendo adelante con el desplegado, les tira una pedrada, a quien se ponga el saco, "no habrá fractura en el PRI. No podemos permitirnos la división". Muchos priistas estarán de acuerdo con ese postulado, con la singularidad de que los propios dirigentes vienen sofocando cualquier disensión por mínima que sea volviendo perro del mal a quien se atreve a disentir en uso de su buen o mal criterio. Eso de que no habrá rompimientos, puede ser, pero lo cierto es que ya los hay en el presente, por lo que he escuchado en corrillos de políticos, donde ya no llevan al Castillo de If a los cismáticos que reclaman sus derechos fundamentales, contentándose con mantenerlos en el ostracismo que era un procedimiento político, una curiosa ley de la antigua democracia ateniense que permitía desterrar temporalmente (10 años) a un ciudadano considerado peligroso para el bienestar público de la polis o culpable de acumular un exceso de poder, un sistema impuesto para evitar la acumulación de poder en unas pocas personas. Actualmente los perros del mal están circunscritos a la lucha libre, que sin considerar la política, es lo único limpio que hay en los gimnasios de paga.

En su desplegado Manlio Fabio, concluye con una sentencia premonitoria: Mañana empiezo otra vez. Sin duda se refiere a que sus días no han terminado, en las contiendas políticas. Se dice que Manlio Fabio Beltrones Rivera, es un político formado en la vieja escuela priista, la de mano dura y finos tratos, la que genera desconfianza, pero sabe negociar. De larga trayectoria política-tres décadas por lo menos- sus adversarios solían tacharlo de "represor o encantador de serpientes", en tanto que sus compañeros y ex colaboradores lo miran como un zoon politikon, astuto, bien informado y de mano firme. Tiene la edad de 54 años. El tiempo dirá qué le depara. La hasta ahora vapuleada lideresa Elba Esther Gordillo, acusó a Beltrones de haber organizado desde las cañerías del sistema político una campaña negra que culminó en la expulsión de la profesora de las filas priistas. En fin, quien mejor lo describe es el doctor Álvaro Bracamontes: Manlio es un animal político de cepa, inteligente, astuto, con un discurso atractivo, convincente y democrático cuando así se requiere, tiene un oficio político impresionante, se presenta como campeón de los compromisos, pero por debajo maneja una política dura.

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