Todo mundo sabe que para poder subsistir y tener una vida tranquila, hay que trabajar muy duro y hacerlo con mucha dignidad y hay actividades laborales que, como la mayoría de la gente, se deleita con lo que hace, tal es el caso de los deportistas que, es de considerarse, gozan cada vez que practican la profesión tan afortunada que atesoran.
Ahora con el rompecabezas que se está viviendo entre los patrones y los jugadores de la NBA, me llega la remembranza de uno de los mejores medios de contención que han existido en el futbol mexicano como lo fue Carlos Muñoz, quien en sus épocas de jugador en San Luis y Tigres, hace tres décadas, mencionó en una ocasión que cuando él vivía en los barrios de la capital potosina siendo un mancebo, siempre esperaba que llegaran los fines de semana para poder jugar el deporte que lo apasiona en los campos de tierra y si ahora le pagan por hacerlo, pues lo disfrutaba al máximo.
No sé qué le sucede, en estos tiempos al ser humano que se dedica a una actividad tan placentera como es el de percibir un sueldo por divertirse jugando un deporte que al momento de entrar en conversación para ponerse de acuerdo en un convenio para estampar una rúbrica, siempre coloca inconvenientes porque es evidente que todos los atletas que cobran una retribución por realizar la función que tanto los entusiasma es mucho mejor que lo que recauda, por ejemplo, un doctor en ciencias de una universidad.
Y parece que el tiempo para hablar de la liga donde mejor se juega el basket ball en todo el orbe ha concluido, ya que el pasado jueves el alto comisionado de la NBA, David Stern, lo dejó más transparente que el agua porque la coalición que él preside está conformada de acuerdos esperando una contestación de la asociación de jugadores y que sea satisfactoria para un nuevo contrato colectivo de trabajo.
De esta manera, la temporada iniciará el 15 de diciembre con 72 encuentros pero si se mete por ahí el maligno disfrazado de representante, entonces LeBron James, Kobe Bryant y el remanente de los notables elementos del "Deporte Ráfaga" cuando se encuentren ataviados será en la próxima Olimpiada de Londres del año venidero, por lo cual, el batallar contra el trabajo amplio de la NBA podría llegar a su fin inmediatamente.
Si los jugadores impugnan el convenio del cual se está negociando y si en verdad no aman al deporte que le hace llevar el sustento a sus familias, entonces el próximo vendría con vocablos que no se aceptarían por lo que se remitiría al sistema de tribunales para presentar una demanda antimonopolio en contra de la liga después de la separación de la unión de jugadores, por lo que no se garantiza una victoria y esto tendría como fatales consecuencias, la cancelación de la temporada. ¡Esfúmate diablo panzón!
Rcerpa@yahoo.com
