L Os sabios abuelos de mi tierra "una lección abierta de sabiduría" cuidadosamente me han enseñado a ser agradecido, porque ello conlleva la humildad y la grandeza suficientes para sentirse parte del milagro del nuevo amanecer y de la fortuna de disfrutar lo que se recibe.
Cuando elegimos mantener una actitud de constante agradecimiento, tenemos garantizada una vida sana, feliz, abundante en bienes y dones. El místico alemán Meister Eckhart, dijo: "La palabra 'gracias', cuando es expresada con el corazón, se vuelve una palabra mágica."
Sólo que en la vida no hay magia, hay magos, y cuando desde el fondo de tu corazón emerge la palabra gracias, tu vida se redimensiona, porque ser agradecido exige un serio trabajo espiritual que te recuerda que "no se puede estar agradecido y ser desgraciado al mismo tiempo". 1
Dar las gracias es una cualidad que contribuye de forma ilimitada a nuestra felicidad, porque es un aspecto esencial del amor a la vida.
Lo anterior lo traigo a colación debido a que el pasado fin de semana, acudí a la Suprema Corte de Justicia de la Nación a dar las gracias al Ministro Guillermo I. Ortiz Mayagoitia, ya que al presidir tan alto cuerpo colegiado, a propuesta de él, el Pleno de la Corte acordó contratarme para la elaboración del libro La picaresca judicial.
Fue tal la generosidad del Ministro Guillermo, que además de recibirme me invitó a desayunar, acompañado de la talentosa abogada María Dolores Omaña Ramírez, coordinadora de Secretarios de Estudio y Cuenta de su Ponencia; del destacado académico y oficial mayor de la Corte, Lic. Rodolfo Lara Ponte, y del joven y brillante abogado tamaulipeco, Marco Antonio Cepeda Anaya, secretario de Estudio y Cuenta de la Subsecretaría General de Acuerdos de la SCJN.
Como sucede en los momentos encantadores de la vida, el tiempo pasó volando; por la grata compañía pero sobre todo, por la cautivadora elocuencia y presencia imantada del Ministro Ortiz Mayagoitia, que según él, adjudica su generoso sentido del humor a su lado Ortiz, y su excepcional don de gentes, a ambos progenitores.
Don Guillermo en verdad que sobresale como uno de los mejores juristas que haya tenido en los últimos tiempos, el Poder Judicial de la Federación, que sin dejar a un lado la doctrina, ha sabido enfrentar conforme a nuestra Carta Magna y a la Ley, de manera eficaz, los grandes temas de interés nacional.
Sus intervenciones en el Pleno de la Corte, sus votos y sus criterios jurídicos expuestos siempre con la sencillez, claridad y humildad de un gran jurista, revelan y resaltan un talento e inteligencia fuera de serie, que mucho contribuyen a la mejor resolución de los asuntos en forma colegiada; en algunos casos reorientando la discusión de sus colegas ministros o fijando con claridad los puntos esenciales del debate.
Pero además de ser un jurisconsulto excepcional y denotar una vasta cultura, es un hombre prudente, de trato cordial, talentoso, brillante, con grandes cualidades humanas y a mucha honra veracruzano con una vena humorística llena de genialidad. Es de esos hombres que cautivan al auditorio con su charla y dejan amigos sembrados con su amable sonrisa que trasluce un personaje en plenitud y en armonía con la vida.
A propósito de juristas, rememoro la ocasión en la que el profeta Moisés bajaba del monte Sinaí luego de recibir la revelación de Dios, leyendo a su pueblo la "Tabla de los 10 Mandamientos", al hacer referencia al décimo, sentenció: "No desearás a la mujer de tu prójimo..."
Inmediatamente se desató una reacción generalizada de protesta, y de cuchicheos fue subiendo a reclamo. Moisés, como hombre viejo y por ende sabio, lleno de ingenio, inmediatamente aclaró:
"Eso dice la Ley... ¡Esperemos a ver qué dice la jurisprudencia!"
1. HAY, Louise L., Gratitud: Dar gracias por lo que tienes transformará tu vida, Ediciones Urano, Barcelona, 1997.
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